Andrew Martorell acaparó muchas páginas de diario durante la guerra del Golfo.

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El paramilitar británico detenido y acusado de perpetrar tres asaltos en el Carrefour del Coll d'en Rebassa, de Palma, Andrew Martorell, fue uno de los primeros soldados enviados al Golfo Pérsico por su país.

Se trata de un británico con padre mallorquín muy conocido en la Isla.

Al parecer, cuando finalizó la guerra, Andrew, decidió abandonar el Ejército, concretamente el grupo de fuerzas especiales los denominados Special Air Service (SAS).

Tras la reestructuración de las Fuerzas Armadas del Reino Unido, los soldados que fueron apartados recibieron unas 20.000 libras, es decir, unos 30.000 euros.

Andrew Martorell regresó a Mallorca donde, supuestamente, conoció al resto de integrantes de la banda delictiva y perpetraron los robos al centro comercial Carrefour.

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Según fuentes próximas a la investigación a las que ha tenido acceso Ultima Hora, el británico reconoció su participación en los hechos de los tres asaltos al Carrefour, pero niega tajantemente su implicación en los diferentes asaltos a chalets y viviendas de lujo registrados años atrás.

Por su parte, el juez de guardia ordenó su puesta en libertad con cargos hasta que llegue el juicio. La peligrosa banda logró asaltar dos veces el centro comercial. Se apoderaron de un botín de más de 280.000 euros. Para la planificación de los robos contaban con información facilitada por un vigilante de seguridad de la gran superficie, que también ha sido detenido.

Entre los cinco arrestados se encontraban, además de Andrew Martorell, dos expertos militares de las Fuerzas Armadas de España que están en prisión desde hace unos meses.

A los investigadores les llamó la atención que en las grabaciones de las cámaras de seguridad del hipermercado se pudiera observar al británico con un brazo vendado. Al final se descubrió que no tenía lesión alguna y que lo había cubierto con vendas para tratar de ocultar sus tatuajes.

Finalmente, parece que se constata que los cabecillas de la banda, dos militares españoles, replegaban delincuentes diferentes para cada tipo de asalto.