Imágenes cedidas por la Policía Nacional de una de las detenciones. | Policía Nacional

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Agentes del Cuerpo Nacional de Policía procedieron a la desarticulación y detención de una peligrosa banda de paramilitares acusada de asaltar tres veces el centro comercial Carrefour del Coll d’en Rebassa. Los delincuentes lograron su objetivo en dos ocasiones y se apoderaron de un botín de más de 280.000 euros. Para la planificación de los robos contaban con información facilitada por un vigilante de seguridad de la gran superficie, que también ha sido detenido. Entre los cinco arrestados se encuentran un experto en armas y tácticas militares que había pertenecido a las fuerzas especiales de Reino Unido y dos exmiembros de la Fuerzas Armadas españolas. También se les considera autores de una detención ilegal y varios robos violentos.

Tal y como les adelantó Ultima Hora la semana pasada, uno de los integrantes de la banda que se encontraba en prisión reconoció los hechos. A partir de ese instante, la investigación tomó un nuevo impulso.

El 8 de mayo de 2009 los arrestados sustrajeron un camión de la base militar y lo estamparon contra el muro del centro comercial para acceder a la cámara de la caja fuerte, pero no obtuvieron ningún botín.

El 2 de octubre del mismo año, los ladrones accedieron al mismo establecimiento a través de una ventana y tras realizar un butrón en la pared de la caja fuerte, sustrajeron 107.500 euros. El último de los asaltos lo cometieron en junio de 2010 cuando entraron en las oficinas del Carrefour del Coll d’en Rebassa, amenazaron a la cajera con un arma de fuego, la amordazaron y se apoderaron de 176.000 euros. Además de estos hechos, se les considera autores de la detención ilegal de la trabajadora de una hamburguesería, a la que abordaron con una pistola.

Asimismo, perpetraron un robo violento en un domicilio en 2012, en el que ataron a las dos mujeres que residían en él, y tras amenazarlas con un arma blanca, lograron apoderarse de 300 euros y gran cantidad de joyas.

La banda estaba formada por dos ex miembros de las Fuerzas Armadas españolas; un ciudadano británico, experto en armas y tácticas militares que había pertenecido a las fuerzas especiales de Reino Unido; un vigilante de seguridad del centro comercial que fue asaltado tres veces y un auxiliar de seguridad del depósito de vehículos municipal de Palma. El lema del grupo era: «La venganza debe ser desproporcionada para no confundirla con la Justicia».