Una de las rocas quedó incrustada en el tejado de la casa. | Alejandro Sepúlveda

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Rocas como misiles. Una lluvia de pesados pedruscos del Puig de sa Gubia cayó ayer sobre unas casas de Bunyola e impactó de lleno en una de ellas. Afortunadamente, ningún vecino resultó herido.

El desprendimiento se produjo sobre las once de la mañana, cuando el 112 recibió llamadas telefónicas alertando de que unas rocas «enormes» habían caído de sa Gubia, en las fincas de las inmediaciones del restaurante Can Penasso.

Hasta ese enclave se desplazaron bomberos de Mallorca, una ambulancia del 061, policías locales y guardias civiles, que confirmaron que se trataba de una gran roca, de más de veinte toneladas de peso, que cayó desde el pico de Son Roc y se fue haciendo trozos a medida que caía.

Uno de los vecinos declaró que «vi como caían, y salían volando y rebotando. No sabía hacia donde correr». Juan Cifuentes, mando de los bomberos, confirmó esta hipótesis: «La altura de la caída era de unos 300 metros y la pendiente del 80 por ciento, así que esas rocas cayeron con la velocidad de un misil».

Uno de los proyectiles impactó en una casa y quedó incrustado en el tejado. Los daños en el interior fueron cuantiosos. «Pensamos que era un helicóptero que se había estrellado. El ruido fue tremendo y cuando vimos lo que había caído no nos lo podíamos creer», apuntó otra vecina.