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La ‘operación Dragone’ termina en fiasco. La Audiencia Provincial ha absuelto a los 21 acusados en la trama a los que la Guardia Civil decomisó 1.950 pastillas, 700 gramos de hachís, 260 gramos de cocaína, 600 gramos de speed y 325 de cristal. La sentencia tumba las escuchas telefónicas que llevaron a la desarticulación de la trama, compuesta sobre todo por italianos a los que se vinculó con la camorra napolitana en las sesiones del juicio. Según la Sala, el juez instructor que autorizó las escuchas no contaba en ese momento de «ningún dato concreto» que ratificara lo que un confidente había contado a la Guardia Civil.

La sentencia recuerda que la investigación comenzó con lo que dijo un confidente sobre uno de los acusados. Los agentes de la Guardia Civil recabaron información sobre él y le hicieron una serie de seguimientos.

Negocios

De ahí confirmaron que, aunque era copropietario de un restaurante apenas iba a trabajar pero que tenía una gran capacidad adquisitiva. Para la Audiencia estos datos no son suficientes por sí mismos: «Eses estilo de vida puede ser plenamente compatible con la existencia de ingresos provenientes del negocio que se dice regenta el investigado o, incluso de una holgada situación patrimonial».

Así, señala que la Guardia Civil no apreció que tomara medidas de seguridad o que se reuniera con muchas personas o con individuos relacionados con el tráfico de drogas. La Guardia Civil también recabó los antecedentes que tenía el investigado y sobre unas pesquisas que había en marcha, todo en Italia. Sin embargo, estos datos no se detallaron en el procedimiento judicial de Eivissa. De esta manera, la sentencia indica: «Nos resulta imprescindible, para entender justificada la limitación del derecho fundamental contar con más datos de tal investigación». Así, señala que el juez de Instrucción debió pedir datos más concretos a la Guardia Civil y, si se hubieran presentado éstos de forma verbal, haberlos hecho constar por escrito.