El acusado, ayer en el juicio en la Audiencia Provincial de Palma. | Alejandro Sepulveda Soler

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«Me dijo que no me pagaría y le contesté que era una caradura». Con esta discusión por una deuda de 50 euros comenzó una pelea que terminó con el acreedor de esa cantidad con una invalidez permanente y postrado en una silla de ruedas. Los hechos ocurrieron en Palma el 27 de abril de 2009. Ayer, en el juicio, la víctima recordó cómo ocurrieron los hechos: «Sentí un fuerte dolor en la nuca y un zumbido en los oídos. Después solo recuerdo flashes. Me veo en el suelo sentado, veo mis zapatos, veo que cae mucha sangre de mi cabeza. Me hablan y cuando trato de responder salen burbujas de sangre por mi boca».

El hombre de 38 años que sufrió las lesiones contó que había entrado en el taller -situado en el camí de Génova en Palma- para buscar herramientas que necesitaba para un trabajo. Allí se encontró con el acusado, con el que comenzó a hablar de manera amigable hasta que surgió el tema del dinero. El acusado acepta que el hombre fue a reclamarle un trabajo de cincuenta euros pero señala: «Venía bastante enfadado. Me cogió del cuello y no me soltaba». Según su versión las heridas más graves se produjeron en ese enfrentamiento: «Yo le empujé, el cayó hacia atrás y yo me caí detrás de él», asegura. Atribuye los daños al impacto del acusado contra el tirador de la puerta de entrada a la nave y negó haber utilizado un instrumento contundente en la pelea. «Nunca le he querido hacer daño a nadie», aseguró en su descargo.

Una vez estaba tendido el herido en el suelo, el acusado asegura que avisó a su jefe y que llamaron a una ambulancia. Mientras llegaba o no, él le decía a todo el mundo que lo ocurrido había sido un accidente, con una insistencia machacona.

Testigo

Uno de los testigos, que presenció el incidente aseguró sin mucho entusiasmo: «a mi me pareció que le había dado con algo». Todo esto después de que la presidenta del tribunal le hubiera llamado la atención ante la desidia de sus respuestas. En la instrucción de la causa, éste testigo había asegurado que el golpe se produjo con una barra de hierro o de madera de medio metro de longitud.

Por su parte, los policías que intervinieron explicaron que los médicos que vieron al herido en Son Dureta aseguraron que las heridas correspondían a una agresión. Hoy declararán los forenses que examinaron a la víctima.