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Un velero de un palo y doce metros de eslora se convirtió ayer en el blanco de todos los equipos antidroga de Palma, que lo registraron 'palmo a palmo' en busca de un alijo de estupefacientes que finalmente no apareció.

La embarcación, de color azul, llegó procedente del Caribe e iba en el interior de un gran carguero nodriza, junto a otros barcos. Las autoridades francesas advirtieron a las españolas de que el velero en cuestión era sospechoso por una serie de movimientos que había realizado en aguas caribeñas y que apuntaban a que podía ir cargado de droga.

Registro

Así pues, la Guardia Civil, el Cuerpo Nacional de Policía y el Servicio de Vigilancia Aduanera, apoyados por una comisión judicial, se desplazaron al mediodía del Dique del Oeste y procedieron a inmovilizar el barco, que ya había sido sacado del interior del buque nodriza.

Los expertos antidroga utilizaron material de última generación para explorar todos los recovecos de la nave e incluso usaron una micro cámaras para llegar a los rincones más ocultos. La cuestión era localizar algún falso fondo o paquetes incrustados en la madera o la fibra, a presión y ocultos a simple vista.

La Comandancia benemérita y la Jefatura del CNP estuvieron informadas en todo momento de las progresiones de los agentes de estupefacientes, que registraron de forma exhaustiva el velero, que tiene bandera croata.

Para facilitar la operación, la embarcación fue colocada junto a una carpa, donde habitualmente atraca la patrullera del Servicio Marítimo.

Casi cuatro horas después de iniciarse el registro, los policías y guardias civiles dieron por concluida la búsqueda. Las fuentes consultadas indicaron que no se descartaba un segundo registro, aunque al final parece ser que se descartó esa posibilidad y se permitió que la embarcación siguiera con su ruta prevista.