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Santo Abossida, un empresario italiano de 44 años que regentaba un conocido burdel de Campos, ha sido asesinado en su país por sicarios de la mafia, que le asestaron cuatro tiros en la cabeza en presencia de su hijo, de tres años.

El macabro final de Santo, que también era marino mercante, no ha trascendido en Mallorca hasta esta semana, aunque en realidad el crimen se cometió hace más de un mes. El comerciante, que tenía negocios en Cabo Verde, Mallorca y otras ciudades, se encontraba en Crotona (Sur de Italia), donde residía normalmente. La ciudad estaba de fiestas, con miles de personas en la calle.

Cuatro tiros

Santo se encontraba frente a su casa, viendo pasar la comitiva de fiestas, y le acompañaban su hijo de tres años y unos amigos. El jolgorio y el ruido eran ensordecedores, sobre todo porque había un espectáculo de fuegos artificiales.

De improviso, dos individuos que al parecer cubrían sus rostros se acercaron hasta él y le dispararon cuatro veces a quemarropa. Todos los impactos le alcanzaron en la cabeza y parece ser que el empresario falleció en el acto. Los dos sicarios, a continuación, se dieron a la fuga corriendo y nadie reparó demasiado en ellos porque se perdieron entre la multitud. Los Carabinieri italianos precintaron esa calle y los médicos confirmaron que Santo ya había fallecido. El siguiente paso de la policía fue poner en marcha una operación «cerrojo», controlando las vías de entrada y salida de la ciudad. Sin embargo, las fiestas patronales complicaron mucho el dispositivo, que posiblemente era lo que esperaban los dos mafiosos huidos.

Semanas después del crimen, como suele ocurrir con este tipo de vendettas , todavía no se ha localizado a los autores. La omertá (la ley del silencio) parece ser que se ha impuesto en Crotona. Las investigaciones se centran en los delitos de tráfico de drogas y blanqueo de dinero.