El homenaje de ayer tarde en Llucmajor fue muy emotivo y numerosos vecinos se sumaron de forma espontánea a los ‘moteros’. g Fotos: ALEJANDRO SEPÚLVEDA | Alejandro Sepúlveda

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Un centenar de ‘moteros’ homenajeó ayer tarde al motorista fallecido el sábado en accidente de tráfico en Esporles. La comitiva recorrió las avenidas y calles de Llucmajor, pueblo natal de Agustín Vicens López, y llegó hasta la iglesia, donde se celebró el multitudinario funeral.

A las siete y media de la tarde, el grupo de motoristas avanzó por Jaume III e hizo rugir sus motos, en sentido recuerdo de Agustín, que era un apasionado del motor. El fallecido estaba casado y tenía dos hijos. El pasado sábado, sobre las cinco y media de la tarde, perdió el control en una curva de Esporles. Iba acompañado de otros seis compañeros, que todavía siguen conmocionados por lo ocurrido. «Se le fue le rueda delantera, derrapó y se fue al suelo. No habría pasado nada si no llega a estrellarse contra un letrero. Fue muy mala suerte», explicó José Sánchez, uno de los amigos que presenció la tragedia y que estos días ha colaborado activamente en el homenaje de despedida en Llucmajor.

Las redes sociales, en especial Facebook, también han estado muy activas convocando a los amigos de Agustín: «Era una persona muy querida por todos, por eso tuvimos claro desde el primer momento que vendrían muchos compañeros a darle el último adiós», explicó otro amigo.

Agustín trabajaba como albañil y había montado una pequeña empresa. Su gran pasión eran las motos de gran cilindrada y el día del accidente pilotaba una Kawasaki Z de 750 cc.

A las ocho y media de la tarde se celebró el funeral por el vecino de Llucmajor, al que acudieron numerosos familiares, amigos y vecinos. Poco antes, la comitiva de ‘moteros’ guardó un minuto de silencio en su memoria y después hicieron rugir las motos, como es tradición en ese colectivo. Las motos enfilaron las calles Jaume III, Nicolau Taberner, Convent, Bons Aires y Es Born y llegaron a la iglesia. Al hijo de 6 años de Agustín lo subieron a una moto como homenaje. Todos los motoristas llevaban crespones negros en señal de duelo y algunos de ellos sostenían una pancarta: «Va por ti, Agustín».

A las siete y media de la tarde, el grupo de motoristas avanzó por Jaume III e hizo rugir sus motos, en sentido recuerdo de Agustín, que era un apasionado del motor. El fallecido estaba casado y tenía dos hijos. El pasado sábado, sobre las cinco y media de la tarde, perdió el control en una curva de Esporles. Iba acompañado de otros seis compañeros, que todavía siguen conmocionados por lo ocurrido. «Se le fue le rueda delantera, derrapó y se fue al suelo. No habría pasado nada si no llega a estrellarse contra un letrero. Fue muy mala suerte», explicó José Sánchez, uno de los amigos que presenció la tragedia y que estos días ha colaborado activamente en el homenaje de despedida en Llucmajor.

Las redes sociales, en especial Facebook, también han estado muy activas convocando a los amigos de Agustín: «Era una persona muy querida por todos, por eso tuvimos claro desde el primer momento que vendrían muchos compañeros a darle el último adiós», explicó otro amigo.

Agustín trabajaba como albañil y había montado una pequeña empresa. Su gran pasión eran las motos de gran cilindrada y el día del accidente pilotaba una Kawasaki Z de 750 cc.

A las ocho y media de la tarde se celebró el funeral por el vecino de Llucmajor, al que acudieron numerosos familiares, amigos y vecinos. Poco antes, la comitiva de ‘moteros’ guardó un minuto de silencio en su memoria y después hicieron rugir las motos, como es tradición en ese colectivo. Las motos enfilaron las calles Jaume III, Nicolau Taberner, Convent, Bons Aires y Es Born y llegaron a la iglesia. Al hijo de 6 años de Agustín lo subieron a una moto como homenaje. Todos los motoristas llevaban crespones negros en señal de duelo y algunos de ellos sostenían una pancarta: «Va por ti, Agustín».