Ultima Hora publicó, en exclusiva, unas imágenes de los carteristas en acción en Platja de Palma. g Foto: R.S. | ultimahora.es

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Nueve integrantes de la banda de carteristas de origen rumano que operaba en la Platja de Palma y que estaban en búsqueda y captura desde hace varios días se entregaron, a primera hora de ayer, en los juzgados de vía Alemania de Palma.

Los imputados se suman a los principales cabecillas de la banda que fueron detenidos el pasado jueves identificados como; Gabriel K.; Florín D.G.; Geordge V.T.; Daniel F. y Cosmin S., todos ellos de nacionalidad rumana.

Manuel Penalva Oliver, titular del juzgado de Instrucción número 11 de Palma ordenó la inmediata prohibición de residir y acercarse a menos de tres kilómetros de la zona comprendida entre el Portixol y el Club Náutico de s’Arenal y la franja comprendida entre la costa y la autopista de Llevant y entre ésta y la carretera de cala Blava.

Auto judicial

De hecho, en el auto dictado por el magistrado se especifica: «Al margen de si los hechos denunciados han tenido o no lugar en realidad, cuestión esta cuyo esclarecimiento justifica la incoación de las diligencias y eventualmente la celebración de un juicio...en este momento procesal se constata que existen serios indicios que los imputados, junto a otros compatriotas de la misma nacionalidad, forman parte de una organización delictiva perfectamente estructurada y jerarquizada, que tiene por objeto la comisión de numerosos delitos y faltas contra la propiedad, especialmente en la zona del Arenal».

La investigación policial y el auto constatan que dicha organización además de adoptar continuas medidas de contra vigilancia, se divide en pequeños grupos, con roles perfectamente delimitados, y procura escoger víctimas de nacionalidad extranjera, generalmente en estado ebrio y ocasionalmente residentes en la Isla, con el fin de asegurarse la impunidad.

De hecho, uno de los aspectos que más significativos, es la alusión que hace el juez sobre el daño irreparable que ejercía la banda al turismo. «Esta continuada actividad delictiva, que viene prolongándose en el tiempo durante varios años, no solo afecta a las víctimas directas de los hechos delictivos, sino que causa un daño irreparable a la imagen de la Isla y por extensión al país provocando además en la ciudadanía una indeseable sensación de impunidad, de quienes aprovechan los resquicios que favorece una legislación garantista , incapaz de atajar estos fenómenos delictivos», concluye el juez.

La noticia del arresto y posterior decisión judicial ha sido bien acogida en el seno policial y, muy especialmente, entre el colectivo vecinal, comercial y hotelero de la principal zona turística de Balears.

La peligrosa banda rumana de carteristas tenía una media de robos y sustracción superior a 15 carteras diarias.