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El temporal de viento de la noche del domingo al lunes causó estragos en las costas del poniente mallorquín. La palma se la llevó un catamarán de 20 metros de eslora que terminó embarrancado en las rocas del Port d’Andratx. Santa Ponça fue el otro escenario en el que se produjeron daños. En este caso, varias barcas terminaron en la playa después de que los amarres que las sujetaban se partieran por las fuertes rachas de viento.

En torno a las ocho de la mañana de ayer lunes, el catamarán Isfalkim, de bandera inglesa quedó a la deriva después de que se rompiera la amarra que lo unía a una boya en el Port d’Andratx, a unos metros de Villa Reus. Dentro había una pareja. Pidieron ayuda al ver que la embarcación se iba contra las rocas e incluso intentaron maniobrar el catamarán con una zodiac. Todo fue en vano y el barco terminó encallado. Los dos ocupantes llegaron al club de vela sin sufrir daños.

Al lugar donde quedó el barco acudieron marineros del club de vela y personal de puertos que intentaron minimizar los daños que sufría en ese momento la embarcación, dado que no era posible por el fuerte oleaje intentar sacarla ya de las rocas. Sin embargo, los daños cada vez fueron mayores y buena parte de lo que había en el interior del barco estaba desperdigado. La Policía Local de Andratx limitó el acceso de los muchos curiosos que fueron al lugar del embarrancamiento ante el peligro de que el mástil cayera sobre ellos.

En Santa Ponça, las barcas afectadas fueron más, sin embargo los daños fueron menores al ir contra la arena de la playa.