Imagen de archivo de uno de los agentes actuantes durante un control en Binissalem.

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Dos jóvenes agentes de la Guardia Civil de Inca se convirtieron, el pasado fin de semana, en héroes anónimos al lograr salvar la vida a un hombre que se encontraba en paradero desaparecido y enfermo.

Horas antes, los familiares de un varón de 56 años de edad y vecino de Palma acudieron a las dependencias de la Policía Nacional para interponer la pertinente denuncia de desaparición. Se trataba de un hombre enfermo, que no frecuentaba bares y catalogado como una persona muy hogareña. Tras sufrir un infarto, la víctima cayó en una depresión. En un momento dado, el varón cogió el coche y desapareció.

Rápidamente, toda su familia se volcó en la búsqueda y realizaron batidas por todo Palma. Al mismo tiempo se alertaron a los equipos de emergencia.

Cada hora que transcurría sin tener noticias del paradero de la víctima, los familiares se desesperaban y al mismo tiempo eran conscientes de que el tiempo jugaba en su contra.

La mujer del desaparecido recordó que, desde muchos años atrás, su marido sentía especial atracción por el santuario de Lluc, dado que allí pasaron largas temporadas estivales. Lo que nunca pudo imaginarse la esposa es que esa intuición resultaría determinante para localizar a su marido horas más tarde.

De madrugada, sin visibilidad y, evidentemente nerviosos, los familiares pusieron rumbo al santuario. Allí, se encontraron a una patrulla de la Guardia Civil que, con su vehículo todoterreno, recorrieron palmo a palmo todos los caminos y zonas montañosas. Finalmente, en una curva, escondido, localizaron el coche y al varón dentro inconsciente. Los agentes lo atendieron, llamaron a una ambulancia por la emisora (los móviles no funcionaban), guiaron a los equipos sanitarios y lo trasladaron al hospital.

Los dos guardias se convirtieron en héroes anónimos vestidos de verde.