El turista que cayó estaba consciente y fue evacuado hasta un centro hospitalario. | Michel's

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Aterrizar, beber y caer. Estos son los tres verbos que más utilizan muchos turistas jóvenes que se hospedan en Magaluf y que se precipitan bebidos desde sus hoteles nada más llegar a Mallorca. Ayer de madrugada, un nuevo caso: un británico sobrevivió a una caída de ocho metros, aunque resultó herido grave.

La víctima, de 17 años, había aterrizado ese mismo día en Son Sant Joan y llegó a su apartamento con un grupo de amigos. A partir de ahí, el protocolo habitual: copas, copas y más copas. Sobre las cuatro de la madrugada, su estado ya era lamentable. Al parecer, se puso a juguetear junto al balcón, a ocho metros de altura, y se cayó.

Sobrevivió

La caída pudo haber sido mortal, pero el turista tuvo suerte y sólo resultó herido grave. Se fracturó la rodilla, se lesionó pies y brazos, y se rompió una vértebra.

Desde el establecimiento hotelero pidieron ayuda y una ambulancia del 061 atendió al chico, que estaba consciente. Los sanitarios le colocaron un collarín, ya que la lesión que más le preocupaba era la vertebral. Después, lo evacuaron hasta un hospital.

La Policía Local y la Guardia Civil se hicieron cargo de la investigación y se entrevistaron con los responsables de los apartamentos. También intentaron tomar declaración a los amigos del herido, para conocer más detalles sobre lo ocurrido.
Estragos

Fuentes policiales reconocieron que el alcohol «está haciendo estragos» este verano en Mallorca, sobre todo en los núcleos costeros de Calvià y en s’Arenal.

Se trata, en la mayoría de los casos, de ingestas masivas de alcohol, protagonizadas por adolescentes o jóvenes. Al margen de las caídas desde los hoteles, también se han disparado los comas etílicos.