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Cuatro miembros de una misma familia de Mallorca crearon una empresa fantasma con la que tramitaron decenas de falsos contratos de trabajo a inmigrantes. Los extranjeros pagaban entre 300 y 1.800 euros por regularizar su situación, y aceptaban reformar ‘gratis’ la casa del cabecilla de la red.

El clan desmantelado está formado por Carlos I.V., de 35 años y considerado el ‘cerebro’ de la estafa; su mujer Sebastiana S.F., de 41; la hija de ésta, Yolanda G.S., de 19, y Roberto Carlos C.U., de 22 y pareja de la chica.

Deuda

Según informó ayer la Jefatura de Policía de Palma, los cuatro familiares crearon una empresa de construcción ficticia, que llegó a acumular deudas con la Seguridad Social de 35.500 euros. El Grupo 1º de la UCRIF, de la Brigada de Extranjería, comenzó a investigar las actividades de la empresa pirata y descubrió que los extranjeros que pagaban por los contratos se encuadraban en dos clases.

Los primeros eran inmigrantes en situación irregular, sin permiso de residencia ni trabajo para legalizar su estancia en España. Así pues, entregaban sus escasos ahorros al grupo para que les tramitara un contrato laboral que cambiara su situación.

Lo que no sabían es que la empresa tenía deudas con la Seguridad Social y, por tanto, su solicitud era denegada o archivada. Eran, pues, estafados.

El otro grupo eran marroquíes que compraban los contratos para tener prestaciones públicas (paro, ayudas sociales). La policía ha constatado que los cuatro miembros de la familia llegaron a explotar a inmigrantes, haciéndoles trabajar ocho horas diarias, de lunes a domingo, por 300 euros al mes. Otra moneda de cambio era que aceptaran hacer reformas ‘gratis total’ en la casa de Carlos. Curiosamente, Carlos y Sebastiana llegaron a tramitar su baja por incapacidad temporal.