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Un joven de 22 años aceptó ayer una condena de un año y nueve meses de cárcel por dejar tuerto a un vecino de Manacor que le recriminaba que hiciera botellón debajo de su casa. Junto a éste se ha conformado a una multa otro compañero suyo que protagonizó los mismos hechos. El primero tendrá que indemnizar con 69.000 euros a la víctima.
Los hechos ocurrieron el 24 de mayo de 2009, en torno a las doce y media de la noche. Un grupo de jóvenes estaban en el paseo del Ferrocarril de Manacor. El vecino del segundo de una de las viviendas les recriminó por el ruido que hacían. Incluso comenzó a hacerles fotografías para constatar la situación.
Los jóvenes vieron que les hacía fotos. Dos de ellos -el principal acusado y otro- comenzaron a tocar el portero automático. Como no les abrían rompieron el cristal y forzaron la puerta de la entrada. Después comenzaron a aporrear la puerta. La víctima abrió y el principal acusado le dio un puñetazo en la cara. Le rompió los cristales y uno de los fragmentos se le clavó en el ojo izquierdo, en el que perdió la visión.
La fiscalía y el abogado del acusado, Jaime Campaner alcanzaron un acuerdo por el que la acusación reconocía tres atenuantes: por estar ebrio, por haber entregado 15.000 euros y por confesar su actuación.