El acusado de arrancar parte de la nariz a un hombre en una pelea, hoy durante el juicio que se celebra en Palma. | Alejandro Sepúlveda

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El hombre que perdió buena parte de la nariz en una pelea en Magaluf explicó ayer en el juicio cómo ocurrió la agresión: «Me acerqué a pedir al acusado que se calmara. En ese momento me atacó y me mordió. Después escupió al suelo mi nariz como algo que no le gustara».

Los hechos ocurrieron en julio de 2010 en Punta Ballena. Según contó la víctima, el acusado era un turista que había causado ya dos incidentes frente al bar en el que él trabajaba. En uno de ellos se había pegado con otro de los empleados del establecimiento. Intentó acercarse a él para que se tranquilizara. El agresor, de entrada, le preguntó «¿puedo besarte?». Después entablaron un breve diálogo que terminó con el ataque. Los agentes de la Policía Local de Calvià que detuvieron al acusado junto a la playa le describen como a Anibal Lecter: el pecho descubierto lleno de sangre y un cerco rojo en torno a la boca.

El acusado, por su parte admite la posibilidad de que arrancara parte de la nariz a la víctima. Sin embargo, asegura que habría sido en defensa propia. Según contó, esa noche había salido a tomar unas copas junto a su novia. Había ingerido una gran cantidad de alcohol y cuenta que, en un momento dado, le atacaron tres hombres. Él pensó que le querían quitar la cartera. Según su versión, le dieron un golpe en la cabeza y cayó al suelo. «No recuerdo más». El acusado, que tiene 28 años de edad lleva desde que ocurrieron los hechos en prisión provisional. Asegura que como consecuencia de esto ha perdido su trabajo, su casa y su novia que le ha dejado.

Junto al delito de lesiones por el que la Fiscalía solicita una condena de ocho años de cárcel, el ministerio público imputa otro de resistencia al acusado. Los policías que le detuvieron contaron que cuando se acercaron a él tenía una botella de cristal en la mano y que hizo un ademán de golpearles con ella. Al ser reducido intentó escapar y zafarse de los agentes, si bien no llegó a agredirles. Los agentes contaron que llegaron hasta él gracias a la colaboración de las personas que se encontraban en la zona de bares: «Nos señalaban con el índice dónde se había ido».

La víctima tiene la nariz parcialmente reconstruida después de someterse a dos operaciones en España. Todavía está pendiente de una tercera.