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Agentes del Cuerpo Nacional de Policía se han hecho cargo de la investigación del incendio de la nave de la finca de supermercados Spar que se prendió fuego a las 22.20 horas del pasado martes.

Los responsables del caso no descartan ninguna hipótesis y por este motivo durante las horas posteriores al incendio tomaron declaración a varios de los trabajadores y responsables del almacén y oficinas. Durante los mismos, los empleados fueron interrogados sobre la posibilidad de que alguien les formulara algún tipo de amenazas o si hubieran notado algún comportamiento extraño. La zona donde se inició el foco del fuego está detectada, pero se espera el informe detallado de los expertos.

A media mañana de ayer, la Unidad de Policía Científica de la Policía Nacional hizo acto de presencia en la zona afectada, pero no pudieron tomar muestras ni realizar una inspección ocular exhaustiva debido a las altas temperaturas existentes en la nave. De hecho, fuentes próximas a la investigación, apuntan que hasta el próximo viernes que baje la temperatura en el lugar no se desplazarán de nuevo para tomar muestras e iniciar la correspondiente inspección.

Queda confirmado que Insular General Alimentaria S.A. disponía de póliza de seguro en vigor y, a primera hora de ayer, varios responsables de la compañía aseguradora se personaron en el lugar del suceso.

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Según los Bombers de Palma, a través de su portavoz, Rafel Bonnim, el fuego se propagó «tan rápido y con tanta intensidad» debido al tipo de material combustible que había en el interior. Se da la circunstancia de que este mismo edificio -un almacén dedicado a la distribución de productos de los supermercados Spar y oficinas- se prendió fuego hace cuatro años.

Debido a que era un edificio nuevo y las paredes estaban hechas de placas de hormigón y contaban con aislantes térmicos, la estructura del edificio no ha colapsado -como si pasó hace cuatro años- y ha «evitado peligros», según explicó Rafel Bonnín, que ha añadido que estas mismas circunstancias han impedido un acceso rápido.

Un total de cincuenta efectivos trabajaron durante toda la noche que fueron apoyados por cuatro camiones cisterna de 10.000 litros de Emaya.

El incendio quedó controlado a última hora del mismo martes, pero aún se mantiene un retén que se encarga de las tareas de refresco, removido y apagado de ascuas. Estas tareas se prolongarán durante varios días.

El día después fue especialmente duro para los trabajadores. Sobre las ocho de la mañana, un gran número de empleados, con lágrimas en los ojos y muy afectados, decían: «Con la crisis que estamos padeciendo y ahora nos quedamos todos en la calle. ¿Qué será de nosotros?», concluyen.