Climent Garau en sus tiempos de presidente de la asociación de vecinos de sa Calatrava. | Pedro Prieto

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Tercera condena para Climent Garau, el estafador en serie de sa Calatrava. El ex líder vecinal aceptó ayer una condena de tres años de cárcel por ocho delitos de estafa y otros siete de falsedad documental. Junto a él se sentaron en el banquillo de los acusados otras siete personas. Todos ellos reconocieron haber participado en los mismos delitos y aceptaron penas que suman once años de prisión.

Durante los seis primeros meses de 2008, Garau, junto a un cómplice se puso de acuerdo con otras siete personas por separado. Les proporcionaban todo tipo de documentos para que pudieran acreditar que eran solventes y que consiguieran créditos. Con el dinero, compraron seis vehículos de distintas marcas como Chevrolet, Smart y Renault. Los vehículos, según las acusaciones, terminaban en manos de Garau y de su socio que pagaban una pequeña cantidad de dinero a sus colaboradores. En ningún momento se abonaban las cuotas a las financieras que habían facilitado la compra, por lo que al final eran estas entidades las estafadas.

La red facilitaba a los supuestos compradores nóminas, contratos de trabajo o informes de vida laboral que demostraban que tenían unos ingresos irreales. Ahora, estas cinco personas tendrán que indemnizar junto a Garau y a su socio a las distintas financieras estafadas en una cantidad superior a los 120.000 euros.

Climent Garau y su socio en las estafas acompañaban a los supuestos compradores hasta los concesionarios para respaldarles. Una vez pactaban un método de financiación y se firmaba la compra se quedaban con el vehículo.

Antecedentes

Climent Garau tiene ya dos condenas penales, una de la Audiencia Provincial y otra de un juzgado de lo Penal por sendas estafas a las que ahora suma otra. En 2010 fue condenado a cuatro años y nueve meses de prisión por hacerse con 750.000 euros de las cuentas bancarias de distintos clientes de Bancaja, entidad de la que él dirigía una sucursal.

En la segunda causa, ya confirmada por la Audiencia Provincial, fue condenado a un año de prisión por la compra de un Porche Cayenne en el año 2005. Para ello pidió un crédito que incluía una claúsula según la que no podía vender el vehículo antes de pagar. Y sí vendió el vehículo y no pagó el crédito.