TW
4

Bajo la cota cero de Palma se encuentran una serie de infraestructuras de vital importancia para los servicios esenciales. Se trata de espacios confinados y susceptibles de poder ser utilizados para cometer actos delictivos bajo tierra. Galerías de servicios que recorren el subsuelo de toda la ciudad palmesana y que albergan en su interior tendidos de telecomunicaciones y conducciones eléctricas y de agua. Sin duda alguna, el principal punto de vigilancia debe centrarse en la red de alcantarillado integrada por los colectores, a veces transitables, que recogen las aguas fecales y las pluviales, hasta su desagüe. En Palma, las labores de su creación, mantenimiento y gestión corresponde a la empresa pública Emaya, pero los vigilantes y los encargados de velar por nuestra seguridad son los agentes de la Unidad de Subsuelo y Protección Ambiental del Cuerpo Nacional de Policía. Un equipo de Ultima Hora acompañó durante una jornada de trabajo al subinspector Bernardo Díaz y a los policías Alejandro García y José Lázaro Force. Ellos son los encargados de velar por nuestra seguridad y de convertirse en nuestros ojos bajo tierra.

En Palma hay una gran cantidad de colectores, algunos de ellos transitables y otros no. Sin duda alguna, el mayor de todos se encuentra bajo las pistas del aeropuerto de Son Sant Joan. Se trata de unas galerías que esconden kilómetros y kilómetros de cableado eléctrico y de telecomunicaciones. El colector está sellado y, por cuestiones de seguridad, sólo se puede acceder al mismo con presencia policial. Su recorrido supera los 5.500 metros de distancia. «En Palma hay muchos colectores. Yo recuerdo cuando se hicieron las obras del parking del Mercat de s'Olivar, que apareció un colector de más de 15 metros, pero por norma general la mayoría de ellos suelen ser de unos 8 metros de profundidad», relata Alejandro, el policía más veterano de la unidad.

Es muy importante destacar la profesionalidad de los hombres y mujeres del Cuerpo Nacional de Policía que a diario vigilan las entrañas de la tierra. En algunas ocasiones, sus componentes han de sufrir una gran penalidad, por la sensación de claustrofobia, por la falta de oxigeno y los malos olores. Por ello, siempre que realizan una entrada se toman todas las medidas de seguridad necesarias

«Cuando estás abajo te puedes encontrar de todo, un carrito de supermercado, una moto, algunas cucarachas, carteras, bolsos y el objeto más insospechado que os podáis imaginar», añade el subinspector Díaz.

La Unidad de Subsuelo se creó en Mallorca en el año 1993. Desde entonces, su principal misión es supervisar diariamente los objetivos marcados de rastreo, vigilancia y protección del medio ambiente.

La unidad está integrada por un subinspector, un oficial y cuatro policías, todos ellos dependientes del comisario de Seguridad Ciudadana, Alfonso Jiménez.

Entre sus funciones están proteger el subsuelo, domicilios y los itinerarios de las altas personalidades, mediante reconocimientos aleatorios y periódicos de las instalaciones. Inspecciones de organismos y centros oficiales, especialmente la Audiencia de Balears, jefatura del Cuerpo Nacional de Policía, el Parlament de les Illes Balears, el Palau de s'Almudaina etc... Del mismo modo, uno de los objetivos más importantes consiste en evitar los robos mediante el procedimiento del 'butrón', concretamente en zonas sensibles como joyerías, peleterías, naves industriales etc... Los funcionarios del grupo de subsuelo son expertos en la búsqueda de artefactos explosivos y en evitar robos en el cableado eléctrico, agua y gas. Además, son los encargados de intervenir de manera operativa con ocasión de actos delictivos. Es decir, recuperación de objetos perdidos o sustraídos, búsqueda de personas etc... En los polígonos de Son Castelló y Can Valero vigilan especialmente los vertidos ilegales.

«Nuestra unidad también tiene un perfil muy humano. Somos los encargados de vigilar la seguridad de los mendigos que de una manera inconsciente se introducen en los colectores y túneles. A veces nos encontramos algunos con todas sus pertenencias en el interior. Lo peor de todo es que los días de lluvia la canalización sube de nivel y hay que evitar las desgracias.