Los agentes del CNP montan controles las 24 horas del día y tienen órdenes de responder con contundencia si son atacados. | Alejandro Sepúlveda - Alejandro Sepulveda Soler ALEX S

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Los narcos de Son Banya están castigados. El Cuerpo Nacional de Policía les ha cerrado el grifo y, desde hace aproximadamente unos cinco días, mantiene un importante dispositivo policial que vigila, las 24 horas al día, las entradas y salidas del mayor supermercado de la droga de Balears.
A pesar de que oficialmente la cúpula policial no lo hace público, todo el mundo sabe que se trata de un castigo ejemplar en respuesta a los incidentes producidos la pasada semana en la que un grupo de residentes del poblado agredieron a un agente de policía de paisano, lanzaron piedras contra varios coches patrullas y ocasionaron desperfectos importantes en dos vehículos policiales.
Ahora, agentes de la UPR (Unidad de Prevención y Reacción), Rayos (Unidad de Motoristas) y los diferentes turnos de la Unidad de Seguridad Ciudadana (zetas) son los encargados de hacerle la vida imposible a los narcos. En tan solo cinco días, las pérdidas económicas de los vendedores de droga de Son Banya ya superan los 200.000 euros. Además, con la proximidad de las fechas navideñas las ventas se multiplican y si el cerco policial se mantiene hasta final de año las pérdidas podrían alcanzar el millón de euros.
Los controles policiales habilitados prohíben la entrada a todo el mundo que no pueda acreditar que reside en el poblado. Al mismo tiempo, varias motos y coches patrullas vigilan el perímetro para evitar que los clientes traten de evitar los controles en entrada. Por otra parte, los residentes son sometidos a registros y cacheos.
El severo correctivo que están sufriendo está provocando que algunos narcos pierdan los nervios y que incluso el patriarca solicitara a los agentes actuantes mantener una reunión con el jefe de policía para tratar de llegar a una solución.
Aproximadamente, desde que Son Banya está cercada policialmente, se calcula que se han perdido unas 3.200 y 3.800 ventas. Fuentes del poblado consultadas por Ultima Hora han confirmado dichas cantidades y se defienden apuntando que: «Estamos pagando justos por pecadores». Por el momento se desconoce la duración del operativo, pero los agentes tienen órdenes concretas de actuar con el uso de la fuerza estrictamente necesaria, con contundencia y sin contemplaciones si los narcos tratan de hacerles frente fruto de su nerviosismo. ¿Habrán aprendido la lección los residentes del poblado de que nunca deben enfrentarse a la policía? ¿Cuánto tiempo podrán aguantar los narcotraficantes sin vender droga? De momento, todo apunta que las fiestas navideñas en Son Banya no son nada halagüeñas.