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Especialistas del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, al mando de un teniente, investigaban ayer a pie de campo el origen del incendio que obligó anteayer a evacuar a cerca de mil personas entre Cala Llonga y Roca Llisa. Los agentes centraban la investigación en que una negligencia fue con casi toda seguridad la causa que motivó un fuego que, al mediodía de ayer, ya se daba por estabilizado después de que se hubieran perdido 115 hectáreas de pinar. Hasta nueve medios aéreos se unieron al llegar el amanecer a los esfuerzos que las brigadas de bomberos, voluntarios y unidades policiales, junto con un pequeño contingente de la Unidad Militar de Emergencias (UME), realizaron durante toda la noche.
Los técnicos confirmaron ayer que las primeras llamas se localizaron pocos minutos después de las ocho de la tarde del domingo en la finca de Can Vich d'en Pere, un terreno ubicado detrás del Sol d'en Serra y lindante con el campo de golf.
La ausencia de las condiciones que son propias en los incendios forestales naturales y la cercanía de casas junto a un camino vecinal donde se cree empezó todo apoyaban aún más esta tesis. De hecho, en la zona del incendio se hablaba ayer de un «Benirràs Dos» y se especulaba con la posibilidad de que una barbacoa pudieran ser la causante de lo que pudo ser un nuevo desastre para la Isla.
Supervisión
Al respecto, el propio presidente del Govern, José Ramón Bauzá, que ayer anuló su agenda para trasladarse a Eivissa, se mostró más cauto sobre el motivo del incendio pero se felicitó de que se hubiera podido poner coto con «rapidez y eficacia» a un fuego que, nada más en sus inicios, se calculó que iba a arrasar una extensión próxima a las 500 hectáreas y que se combatió pese a la imposibilidad del apoyo de aviones y helicópteros durante la noche. Bauzá se mostró confiado en que, salvo cambios por las condiciones meteorológicas, se pudiera dar hoy, como mucho, por controlado el incendio. En este sentido, tanto el presidente del Govern, como su homónimo en el Consell d'Eivissa, Vicent Serra, y el alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, informaron al mediodía de ayer de que se esperaba, como así ocurrió, poder autorizar el regreso a sus viviendas a los afectados, 19 de los cuáles pasaron la noche en el polideportivo de Santa Eulària.