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Con nocturnidad y alevosía, la Policía Local de Calvià llevó a cabo en la madrugada de ayer una gran redada contra la prostitución y la venta ilegal callejera en Magaluf y Santa Ponça. En total, fueron detenidas 18 féminas africanas y una veintena de vendedores, y los agentes se incautaron de un kilo de preservativos.

A las tres de la madrugada, 25 policías, dirigidos por tres oficiales y un sargento, se desplegaron al unísono en las principales calles de Magaluf, entre ellas Punta Ballena y la Avenida s'Olivera. En Santa Ponça, el operativo no fue tan contundente.

Durante una hora y media, los funcionarios interceptaron a medio centenar de prostitutas, casi todas ellas nigerianas y senegalesas, a excepción de algunas rumanas. Las féminas fueron cacheadas por mujeres policiales, que les retiraron los preservativos y los teléfonos móviles, que curiosamente eran de alta gama la mayoría de ellos. En total, se intervino un kilo de profilácticos.

Las prostitutas que intentaron darse a la fuga, en los primeros momentos de la macro redada, fueron interceptadas rápidamente por policías motorizados que habían establecido un segundo cordón de seguridad.

Todas las mujeres fueron trasladadas hasta el cuartel de la Guardia Civil de Palmanova, que colaboró en la investigación, al igual que agentes de Extranjería del Cuerpo Nacional de Policía.

Identificadas

Las subsaharianas fueron identificadas, una a una, y las que se encontraban en Mallorca en situación irregular fueron detenidas. Después se abre un proceso de expulsión, aunque no siempre finaliza con la salida del territorio nacional de la afectada.

Fuentes policiales explicaron que las prostitutas africanas casi siempre se mueven en grupo por las principales calles de Magaluf y que en las últimas horas de la madrugada se desplazan a los hoteles de la zona, a la caza de turistas ebrios que regresan a sus habitaciones.

Durante la redada de ayer también fueron arrestados veinte vendedores ambulantes, que no tenían papeles. Los vecinos agradecieron la intervención policial, pero recordaron que en junio la situación era más escandalosa en Magaluf, con decenas de subsaharianas pululando por aquellas calles. «Practicaban sexo con los turistas en todos lados, era una vergüenza», sostienen comerciantes y residentes.