El vehículo ha sido hallado tras la aparición de un cadáver flotando en las aguas de Cap Blanc. | Alejandro Sepúlveda

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El magnetismo fatal de Es Cap Blanc. En los acantilados de la muerte de Llucmajor apareció ayer otro coche despeñado y a pocos metros, en el mar, el cadáver flotando de un hombre de mediana edad.
El hallazgo lo llevó a cabo de forma casual un particular, a eso de la una de la tarde. Llamó a los servicios de emergencia porque veía un cuerpo inerte en el agua, muy cerca de la costa. Hasta ese punto se desplazaron agentes de la Policía Local, el Servicio Marítimo de la Guardia Civil, el GREIM (Grupo de Rescate en Montaña) y el helicóptero del Cuerpo, así como una lancha de Salvamento Marítimo. Poco después se descubrió un coche -un Citroën C4- destrozado sobre las rocas, junto al mar. Los investigadores relacionaron enseguida el vehículo con el fallecido y buscaron indicios de lo ocurrido. La embarcación rescató el cadáver y lo trasladó hasta el club náutico de s'Arenal.
La Guardia Civil registró el vehículo despeñado, que había caído desde unos 40 metros, y localizó la documentación de un vecino de Palma, de 53 años, cuyas siglas se corresponden con P.N.C. Los agentes creen que ese DNI es el del hombre que apareció flotando, a pocos metros del coche.
Al cierre de esta edición la Benemérita continuaba investigando las circunstancias de la caída mortal en los acantilados del Cap Blanc.