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La Policía Nacional ha detenido en Palma a un hombre y su novia como presuntos autores de un delito de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, basado en la denuncia presentada por una mujer proveniente de Europa del Este.

Según informa hoy este cuerpo de seguridad en un comunicado, funcionarios de la Unidad contra las Redes de Inmigración y Falsedad Documental (Ucrif) iniciaron una investigación en torno a la denuncia presentada por la mujer.

La denunciante contó a los policías que contactó con un individuo de nacionalidad búlgara, quien le dijo que le encontraría un trabajo en Tenerife como camarera.

Como estaba sin trabajo, aceptó trasladarse hasta la isla y allí contactó entonces con el hombre, que se hacía llamar Emil, quien le dijo que donde le podía conseguir un trabajo era en Palma.

El hombre se comprometió a pagarle el billete de avión a Palma, con lo que adquirió una deuda con él que luego intentó cobrar.

Una vez en Palma, el hombre la instaló en un apartamento compartido y le dijo que de momento no podría trabajar de camarera, pero sí como bailarina en un club de alterne, donde también debería tomar copas con los clientes.

Pasados unos días, indica la Policía en la nota, le dijo «abiertamente» que la mejor forma de ganar dinero era mantener relaciones sexuales con los cliente, a lo que la mujer se negó.

Sin embargo, las presiones del hombre fueron tan fuertes que incluso llegó a amenazarla con tomar represalias con sus familiares directos, a los que tenía localizados en su país.

A partir de ese momento, la denunciante se vio obligada a ejercer la prostitución estrechamente vigilada por la novia del hombre, que también se prostituía incitada por su pareja aunque de forma voluntaria, indica la nota.

Ambas debían compartir los beneficios de esta actividad con el hombre, quien, según la Policía, es un proxeneta con mucha experiencia en el mundo de la prostitución tanto en Canarias como en Mallorca y la Costa del Sol.

Aprovechando un viaje de Emil a Tenerife, la mujer aprovechó que no la vigilaba su novia para acudir a la Policía y pedir ayuda.

A partir de los datos obtenidos, los investigadores identificaron a las personas denunciadas y descubrieron que Emil en realidad era Georgi P.T., de 45 años, sobre quien pesaba una orden de detención por parte de la Interpol para su extradición a su país de origen, Bulgaria, donde se le buscaba por delitos cometidos allí.

De regreso a Palma, el hombre fue recibido por funcionarios de la Policía, que procedieron a su detención y simultáneamente a la de su pareja, S.G.M., de 27 años de edad y también nacionalidad búlgara.