El acusado, durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Palma. | ALEX SEPULVEDA

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Juan Ramón Bosch prendió fuego a su propia casa para acabar con la vida de su mujer y su hijo. Lo hizo bajo la influencia de una sobredosis de medicamentos antidepresivos y de alcohol que anulaba completamente su capacidad menta. Ese estado de delirio lleva a que la Audiencia Provincial le absuelva de dos delitos de tentativa de asesinato. La sentencia le impone que siga un tratamiento ambulatorio durante quince años para comprobar que toma su medicación y que se abstiene del consumo de alcohol. El acusado tendrá que indemnizar a su mujer y a su hijo con más de 220.000 euros.

La sentencia considera probado que el 15 de septiembre de 2007 el acusado bebió una cantidad moderada de alcohol por la tarde. A la hora de cenar tomó la medicación que tenía recetada para tratar la depresión que sufría. Luego volvió a salir de casa. Esa noche protagonizó dos incidentes con la Policía Local.

Medicación

Primero sufrió un accidente de tráfico tras el que dio positivo por alcohol y dos horas después fue visto cuando toreaba coches en medio de la calle. Cuando los agentes le vieron intentaba abrir un Ford Mondeo con las llaves de su Citroën. Los policías avisaron a su mujer que le recogió y le llevó a la cama. Como dudaba que hubiera tomado la medicación se la volvió a administrar, ésta vez con una jeringuilla porque el acusado estaba prácticamente inconsciente. En ese estado, en torno a las seis de la mañana, el acusado subió a la habitación de su mujer, echó gasolina en la puerta y prendió fuego. La víctima sufrió quemaduras graves. La peor parte se la llevó su hijo que intentó ir a socorrer a su madre y que sufrió quemaduras en más de la mitad de su cuerpo.

La sobredosis de medicamentos junto al alcohol que había tomado y a una lesión cerebral previa lleva a la Audiencia a aceptar la tesis de la defensa, a cargo del letrado Juan Carlos Peiró, de que el acusado estaba en medio de un 'delirium'. La sentencia se apoya en los informes de dos peritos que declararon en este sentido y de la doctora que le trató en Son Dureta al día siguiente y que apreció en el daños. Además, añade que, «prueba de ello es que no es capaz de recordar lo ocurrido, ni tampoco lo que hizo horas antes».