Según la opinión de los propietarios de las máquinas de juego, los ladrones tenían conocimientos de como funcionaba la maquinaria interna de los diferentes dispositivos. Los daños son cuantiosos y la recaudación también. | Vasil Vasilev

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Agentes del Cuerpo Nacional de Policía se han hecho cargo de la investigación de un atraco perpetrado en el bar Avenida, sito en la calle Manacor de Palma.

Los hechos se remontan a la madrugada de ayer. Según consta en la denuncia interpuesta, sobre las doce o la una de la madrugada, dos varones, al parecer, de nacionalidad colombiana y uno de ellos con una cicatriz en uno de sus pómulos de la cara, entraron al local aprovechando. En ese momento, la barrera estaba bajada porque el establecimiento estaba a punto de cerrar. Tras golpear al responsable del bar en aquellos momentos, lo maniataron utilizando los cables de las máquinas tragaperras, lo dejaron tirado en el suelo y se hicieron con el botín.

Según relata el propietario del local, «se han llevado más de 3.000 euros. Tenemos una caja de cambio para las máquinas tragaperras que tiene 1.000 euros. Además, han destrozado dos máquinas de juego que cada una tiene un depósito de más de 500 euros y la correspondiente recaudación de juego. También se han llevado la caja registradora y algunas cosas más», concluye.

Todo apunta a que los presuntos ladrones entraron, golpearon en la cabeza al responsable que en ese momento estaba tras la barra, tras perder el conocimiento, quedó tendido en el suelo y, una vez allí, fue golpeado en la espalda.

En ese momento, los peligrosos atracadores acabaron de cerrar la barrera metálica, se encerraron en el interior y desvalijaron las dos máquinas tragaperras y la caja de cambio. Cuando consiguieron el botín se marcharon.

El responsable, al recobrar el conocimiento se percató que iba maniatado de pies y manos. Así como pudo consiguió arrastrarse por el suelo y llegar hasta la entrada. Una vez allí, comenzó a dar golpes en la barrera metálica durante un buen rato hasta que un vecino de la zona bajó a la calle y se aproximó para ver que estaba sucediendo.

Cuando el joven se aproximó al local pudo ver que la barrera estaba levantada un palmo del suelo y que en el interior había un hombre tendido en el suelo y atado. Fue entonces cuando varios vecinos decidieron entrar, cortar los cables, llamar a la ambulancia y al Cuerpo Nacional de Policía.


A primera hora de la mañana de ayer, agentes de la Policía Científica del CNP se personaron en el local y tomaron huellas.