El "Río Segura", el mayor buque de la historia de la Guardia Civil, cuyo objetivo es la lucha contra la inmigración ilegal y el narcotráfico, ha atracado en el Dique del Oeste del puerto de Palma, donde permanecerá hasta el lunes. | Montserrat T. Diez

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No es el legendario acorazado Bismarck, pero para la Guardia Civil como si lo fuera. El orgullo naval de la Benemérita, el nuevo buque Río Segura, recaló ayer en el puerto de Palma, sólo dos meses después de su botadura. Con 73 metros de eslora y tecnología puntera, está llamado a convertirse en una pesadilla para las redes de narcotraficantes y combatirá la inmigración ilegal en el Mediterráneo, cada día más activa.

La construcción de esta espectacular nave se ha llevado a cabo en Asturias y su coste ha sido de 15,3 millones de euros. El pasado 26 de febrero el buque fue entregado oficialmente a la Guardia Civil, en un acto presidido por el vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba. Sus datos son más que elocuentes: 73 metros de eslora, 12 de manga y 4,5 de altura; desplaza 2.100 toneladas; alcanza una velocidad de crucero de 17 nudos (unos 30 kilómetros por hora); tiene una autonomía de 20.000 millas (equivalente a 62 días de navegación) y cuenta con una dotación de 39 tripulantes. Entre sus características técnicas destaca también unas dependencias especiales para alojar hasta 80 náufragos, una rampa para helicóptero y cuatro celdas con capacidad para ocho detenidos.

En Palma

Ayer por la mañana, el Río Segura recaló en el Dique del Oeste, donde permanecerá hasta el próximo lunes.

La finalidad principal del Río Segura es aumentar la capacidad operativa de la Guardia Civil en el océano Atlántico y el Mediterráneo. De hecho, desde mediados de 2007, las embarcaciones del Servicio Marítimo de la Guardia Civil navegan de forma continua por alta mar en aguas como las de Mauritania, Senegal y Gambia.