Tres agentes, uno de ellos aún con chaleco antibalas, tras bajar del piso. | JULIO BASTIDA

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La policía montó un gran despliegue ayer por la mañana en la calle Joan Miró de Palma, a la altura del número 79, tras ser informada de que había un hombre apuntando con un arma a la calle desde un bloque de viviendas. Algunas de estas llamadas de alerta fueron realizadas por vecinos y usuarios de la EMT que estaban esperando el bus en la parada que hay a esa altura de la calle.

Tras llegar al lugar, los agentes localizaron en el balcón de un séptimo piso a un hombre que llevaba un casco de policía, el cual portaba una carabina y un machete y estaba apuntando hacia la vía pública, si bien no había realizado ningún disparo. Los agentes extremaron las precauciones y se acordonó un tramo de la calle.

Reducido

El incidente tuvo lugar pasadas las diez de la mañana y en el dispositivo participaron numerosas unidades, tanto de la Policía Local de Palma como del Cuerpo Nacional de Policía (CNP). Desde la calle, varios agentes estuvieron hablando y negociando con el hombre armado, de unos 55 años de edad y que sufre una enfermedad mental, para que dejara la carabina y el machete y se entregara. Mientras tanto, varios policías subieron hasta su domicilio con la intención de reducirlo si no deponía su actitud.

Los agentes que subieron hasta el rellano del séptimo piso encontraron la puerta abierta. Entraron con sigilo en el piso y mientras sus compañeros entretenían al dueño desde la calle, ellos se abalanzaron sobre él, lo redujeron y le quitaron la carabina y el machete.

El hombre no opuso resistencia. Después fue acompañado al hospital para efectuarle un reconocimiento psiquiátrico y se realizó un informe judicial que se remitió al juzgado, para que el juez determine las medidas a adoptar para el hombre.