La protesta en Tokio, convocada a través de internet, fue un éxito. | Reuters

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Unas 17.000 personas protestaron ayer en Tokio contra las centrales nucleares al grito de «No necesitamos Fukushima», en referencia a la crisis atómica que desató el terremoto y posterior tsunami del 11 de marzo en Japón.

Los manifestantes se desplegaron en varias zonas de la capital japonesa, entre ellas la sede de Tokyo Electric Power (TEPCO), operadora de la central nuclear de Fukushima Daiichi, que tiene serios problemas en cuatro de sus seis reactores y emite radiación.

Según la televisión NHK, unas 2.000 personas marcharon por la mañana convocadas por ocho asociaciones antinucleares para pedir el cierre de todas las centrales que utilizan combustible atómico de Japón.

Protesta

En Koenji (en el norte de la capital) se congregaron unas 15.000 personas en la tarde de ayer, según el recuento realizado por la agencia local Kyodo.

Según indicaron participantes a Efe, la marcha fue convocada por internet con el objetivo de protestar contra la energía nuclear en un ambiente festivo, aunque acompañados de un cordón policial.

Los manifestantes gritaron consignas para exigir el cierre de la central de Fukushima y a favor de las energías alternativas.
Los representantes de las asociaciones presentes pidieron también el cierre de la planta de Hamaoka, en la provincia de Shizuoka, ya que consideran que corre un alto riesgo de sufrir un daño similar al de Fukushima Daiichi si es golpeada por un tsunami.

El terremoto de 9 grados del 11 de marzo, del que mañana se cumple un mes, destrozó por la fuerza del tsunami posterior los generadores de energía que refrigeraban los reactores de Fukushima, lo que provocó varias explosiones y emisiones de radiactividad.

Por otra parte, un trabajador de TEPCO, compañía que gestiona la planta nuclear japonesa de Fukushima, fue ingresado ayer en un hospital tras enfermar por «exceso de trabajo» mientras intervenía en las tareas de extracción de agua radiactiva, según informó hoy la empresa. El trabajador, de unos 30 años comenzó a sentirse mal mientras extendía unas mangueras para extraer agua altamente radiactiva del reactor 2, donde se cree que las barras de combustible nuclear se han fundido parcialmente como consecuencia de los daños provocados por el terremoto de grado 9 en la escala de Richter y el posterior tsunami que el pasado 11 de marzo afectaron a esa zona de Japón.

Por debajo del límite

Según TEPCO, el operario, cuyo nombre no se ha dado a conocer, se encuentra consciente y no muestra señales de radiactividad, pese a que se expuso a una radiación de 4,84 milisievert, ligeramente por debajo del límite de 5 milisievert designado para ese trabajo.

El empleado de la central vestía traje de protección, guantes, máscara y botas, por lo que se cree que su estado se debe al exceso de trabajo.

Asimismo, los operarios intentaron ayer preparar un tanque donde poder arrojar el agua con bajas concentraciones de materiales radiactivos y dejar lo antes posible de verterla al océano Pacifíco, donde hasta ahora se calcula que se han derramado unas 9.000 toneladas.

Esa medida, destinada a dejar espacio dentro del edificio de turbinas al agua más contaminada, ha sido criticada por los pescadores de la zona y países vecinos como Corea del Sur o China.