Estado en el que quedó el BMW del acusado después del accidente. | Alejandro Sepúlveda

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El fiscal pide una condena de tres años de prisión por la muerte de una joven de 20 años en un accidente ocurrido en la autovía de Inca en 2008. Según la acusación, el encausado circulaba bajo los efectos del alcohol y a una velocidad superior a los 150 kilómetros por hora cuando ocurrieron los hechos, la noche del ocho de septiembre de ese año.

En el juicio, el fiscal sostuvo que la conducta imprudente del conductor provocó que alcanzara de lleno a una furgoneta que circulaba correctamente. El acusado -que iba en un BMW de gran cilindrada- ni siquiera frenó cuando chocó con el otro vehículo.

Mediana

El impacto de este primer choque fue terrible: el automóvil salió despedido 120 metros, saltó la mediana de la autovía y colisionó de frente con el utilitario que conducía María del Carmen Gómez García, de 20 años de edad. La joven iba a buscar a su novio a Can Pastilla, donde éste jugaba un partido de fútbol. Falleció en el acto. El conductor de la furgoneta resultó ileso y el acusado sufrió la fractura de varias costillas.

El juicio se celebró ayer después de una suspensión a principios de semana. En esa ocasión, la defensa planteó anular la prueba de alcoholemia. El juez la acordó ayer mediante un auto porque la sangre sobre la que se realizó el análisis se extrajo al acusado con fines terapeúticos. Cuando éste ingresó en el hospital herido le cogieron una muestra para tratarlo y no se le informó de que ésta sería usada para hacer esta prueba. El juez concluye que de esta manera se vulneró su derecho a no inculparse a sí mismo y no admite el análisis. Las acusaciones se basan en el testimonio de los guardias civiles y de la médico que la atendió que notaron claros síntomas de embriaguez.