TW
1

El silencio de la víctima ha dejado en una condena de nueve meses de cárcel el castigo para un joven de 23 años a que un agente del Cuerpo Nacional de Policía tuvo que disparar en una pierna durante su detención.


La Fiscalía pedía hasta siete años de cárcel para el acusado por retener a su mujer junto al hijo menor de ésta y agredirla el 26 de diciembre del año pasado. Sobre el acusado ya pesaba una orden de alejamiento sobre la mujer. Sin embargo, según sostenía la acusación, acudió a casa de ella, la agredió y la dejó encerrada en la vivienda toda la noche. Cuando regresó por la mañana, la víctima consiguió salir con el niño y avisó a la policía.

Absuelto


Ninguno de estos hechos pudo quedar demostrado en el juicio porque la principal testigo se acogió a su derecho a no declarar contra su pareja. De esta manera la condena judicial es por quebrantar la orden de alejamiento. El acusado, que tiene numerosos antecedentes policiales y que tiene pendientes dos juicios por sendos atracos, será expulsado del territorio nacional.


Tras los hechos por los que era juzgado, el acusado fue disparado por un agente del Cuerpo Nacional de Policía.
Cuando los agentes llegaron a la vivienda, situada en la calle Cap Blanc de Palma, la mujer les advirtió de que el hombre iba armado porque el niño dijo haberle visto una pistola. Cuando le encontraron se inició una persecución de diez minutos. El perseguido llevaba una mano oculta en un bolsillo y amenazaba de muerte al policía. El agente realizó dos disparos al aire en una zona abierta, en la que no hay peligro de que la bala rebote. El sospechoso reaccionó de nuevo con agresividad e hizo el gesto de desenfundar. El policía disparó a la pierna del sospechoso y le alcanzó en la tibia. Después redujo al joven y le suministró los primeros auxilios. El herido no iba armado en ese momento, pero en la persecución tiró un cuchillo de 30 centímetros al suelo.