Catalina Rodríguez, durante la entrevista de ayer en Palma. | S. Amengual

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Un 29 de mayo de 1973, el mismo día que cumplía 16 años, la palmesana Catalina Rodríguez dio a luz a un niño en el Hospital de la Sang. Al día siguiente, le comunicaron que había muerto, a pesar de que aparentemente se encontraba en perfecto estado de salud. No le entregaron certificado de defunción y en el cementerio no consta ningún difunto menor de edad ese día. «Sé que no murió, que me lo robaron para venderlo o dar en adopción, y mi intención ahora es aclarar lo que ocurrió hace 38 años».

-Usted era menor de edad: ¿quién le acompañó al hospital?
-Estuve allí dos meses. Entré con quince años, embarazada, y salí con dieciséis y sin niño. Eran otros tiempos y estaba muy mal visto quedar embarazada sin estar casada. Me acompañó a la Sang la madre de mi novio y él.

-¿Estaba separada de otras parturientas?
-Recuerdo que era una sala, con cinco o seis chicas más, a punto de dar a luz. Venían las monjas y los médicos; era la segunda planta del hospital de La Sang.

-¿Cómo fue el parto?
-Era el 29 de mayo de 1973 y todo fue bien. Era un niño y estaba bien, aunque pesó poco: unos dos kilos y 100 gramos. Se lo llevaron a la incubadora y por la tarde, cuando fui a verlo, estaba perfectamente.

-¿Cuándo le comunicaron que había muerto?
-Al día siguiente. Me dijeron que le costaba respirar y que después había fallecido. Pero cuando yo lo vi no tenía ni tubos ni mascarillas ni nada parecido.

-¿Le entregaron certificado de defunción?
-Nunca me dieron nada. Ni me dejaron verlo.
-¿Qué alegaron?
-Que no me convenía verlo por lo que me iba a impactar, que era mejor recordarlo vivo. «El cura lo bautizará», me dijeron para que me quedara tranquila.

-¿Cuándo empezó a sospechar?
-Yo era muy jovencita, pero había cosas muy raras. Después recordé que antes de dar a luz el cura me dijo que al niño lo podían dar en adopción, porque yo no estaba casada y era menor. En ese momento mi novio se enfureció y casi se le tiró encima. Luego reparé en ese comentario del cura y me dio que pensar.


-¿Hay constancia en el cementerio de Palma de la muerte del niño?
-Fui la semana pasada y no hay ningún niño enterrado el 30 de mayo del 73. Ni el día siguiente. Hoy he ido al hospital General, pero me han dicho que mi ficha de ingreso se trasladó a otros archivos.

-¿Qué cree que ocurrió realmente en el hospital de La Sang?
-Estoy convencida de que mi hijo no murió. Todos los datos apuntan en esa dirección. Lo que no puede asegurar es si fue vendido o entregado en adopción. Si vive, en unas semanas cumplirá 38 años. Estoy en Anadir, la asociación de niños robados en España, y voy a poner todo mi empeño en aclarar qué le pasó realmente a mi hijo.