Los dos acusados, ayer en el banquillo al inicio de la última de las tres sesiones del juicio.

TW
11

Nieves Rapp, la madre que agredió al niño de Tolleric que se encuentra en estado vegetativo aprovechó su turno de última palabra para reclamar ver al menor: «Quiero hacerles -al tribunal- una petición que vengo haciendo, que me puedan permitir ver a mi hijo. Llevo ya cinco años sin verle. También me gustaría ser una de las personas que cuiden de él el resto de su vida». Con estas palabras se cerró el juicio. La petición de la madre choca con el hecho de que la Fiscalía mantiene íntegra la demanda de 45 años de cárcel para ella y otros tantos para el marido.

Tanto el ministerio público como la acusación particular, que ejerce el abogado José de España en representación del Consell, consideran probado que la madre agredió de forma deliberada al niño y que, a pesar de que era previsible un desenlace de este tipo no dejó de darle empujones. El niño no había hecho los deberes a tiempo y la madre comenzó a pedirle explicaciones. Ante el silencio del menor, las acusaciones señalan que se desencadenó la agresión.

Consell

Entre las acusaciones existe una diferencia en sus conclusiones: mientras que la Fiscalía acusa tanto al padre como a la madre de otras doce agresiones al niño, la acusación particular lo hace por un delito continuado de maltrato. De esta manera, las penas que solicita el Consell son de 15 años para la mujer y 10 para el marido.

Las acusaciones insistieron en el peso de la declaración que hizo la acusada ante la policía. En ella reconocía de forma íntegra los golpes al menor y que el proceso fue creciendo desde simples gritos hasta golpes, dado que no podía controlar al niño. En el juicio, Nieves Rapp rectificó estas declaraciones y aseguró que sólo recordaba haber dado un empujón al niño. Junto a éste testimonio, la fiscal recordó que los médicos que atendieron al niño señalaron que tenía hasta ocho golpes por todo el cuerpo. Los impactos, según los médicos fueron además de una gran fuerza.

Por su parte, el abogado que representa a la madre, José Ignacio Herrero, admite que existió un episodio de malos tratos, el que causó el coma al niño el seis de junio de 2006. Sin embargo, la defensa sostiene que la madre no pretendía «ni de la forma más remota» que ese fuera el resultado. «No pensaba que esto pudiera ocurrir», señaló el letrado, que apunta a una imprudencia por parte de la madre. La defensa sí niega todos los malos tratos previos por los que la mujer está acusada.

Dilaciones

A ésto une la petición de que se apliquen hasta cuatro atenuantes a la acusada: por las dilaciones en el proceso, por la admitir ser la autora de los hechos, porque en el momento en el que ocurrió el hecho perdió el control de sí misma y porque ha donado la mitad de la vivienda familiar (está divorciada de su marido) para el mantenimiento del menor. De esta manera solicita una condena de dos años de prisión.

Herrero también cuestiona la declaración que hizo la acusada en policía. Señala que ésta se produjo tarde y recordó que Nieves Rapp siempre ha negado haber realizado esas declaraciones. También señaló que la acusada señaló en su declaración que sólo recuerda haber dado un empujón, «no dijo que sólo fuera uno, sino que ella sólo tenía conciencia de ese», aseguró el letrado.

La víctima, Miguel Àngel, tiene ahora once años de edad. Sólo puede comunicarse con gestos para decir sí o no, carece de movilidad y será siempre dependiente de otras personas. Para garantizar sus cuidados, el Consell reclama 1,5 millones de euros.