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«Veíamos cómo bailaban los edificios, cómo caían los cristales y cómo se llenaba todo de humo mientras notábamos la tierra moverse». Elisabet Prim Bauzà y Tomeu Prohens Blanquer, dos jóvenes de Vilafranca, estaban en pleno centro de Christchurch cuando se desató el terremoto de 6,3 grados el pasado martes. Ambos están bien, sin daños. Hasta el momento, la cifra oficial de fallecidos asciende a 102. Eli y Tomeu se encuentran bien y, como comenta en su blog él: «Nuestra historia ni es sensacionalista ni muy impresionante. Me muero de ganas de pensar que hemos sido unos afortunados y llorar cada vez que hay una réplica, pero no puedo».

Ambos se dirigían a clase sobre las doce y media del mediodía. Iban en autobús. El vehículo se detuvo en una plaza del centro, una parada antes de la suya. Según relata Elisabet: «El autobús comenzó a moverse de un lado a otro. Pensaba que iba a volcar y dí un grito y bajé de un salto. Entonces bajó Tomeu y nos quedamos en medio de la plaza». El lugar era abierto y, por lo tanto, a salvo de la caída de escombros o cristales de los edificios. Sin embargo: «Nunca habíamos experimentado nada más desagradable como el sentir que la tierra no te aguanta».

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De la plaza deambularon por las ruinas de la ciudad: «Mandamos mensajes de móvil a España para decir que estábamos bien. Formamos una gran procesión de gente desfilando entre las ruinas y no tan ruinas de las calles hasta que llegamos a un parque. Allí esperábamos a que todo pasara. Sin embargo, la espera se hacía eterna. Teníamos ganas de volver a casa. Cuando llegamos todo estaba relativamente bien». Pudieron regresar a su casa, que también aguantó el temblor. Por la noche llegó de nuevo la electricidad: «Nos consuela no tener que pasar la noche con los temblores a oscuras», escribió Elisabet en el blog Finestrakiwi. En la web ambos relatan su viaje desde que en el mes de octubre salieron de Mallorca y se dirigieron a Oceanía.

Pocas horas después del terremoto, Elisabet escribía en su blog: «Al menos podemos tener miedo, los hay que ya no y estaban cerca, muy cerca».