Los dos acusados, ayer en Audiencia Provincial. | Alejandro Sepúlveda

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El agente de la Guardia Civil acusado por colarse en la cama de su compañero de piso para suplantarle y mantener relaciones sexuales con una mujer que dormía con éste niega los hechos. Según el agente -que se enfrenta a una posible condena de seis años de prisión- se trató de una relación consentida e instada por la víctima. La mujer, soldado del Ejército, reafirmó que fue víctima de un engaño y el otro guardia civil acusado aseguró que él estaba dormido y que, cuando se despertó se encontró con su colega en la cama con la mujer. Este guardia está acusado por no intervenir para impedir los abusos y la Fiscalía le pide una pena de multa.
El principal acusado relató que llegó a la vivienda que compartía con el otro agente en torno a las seis de la madrugada. Venía de trabajar en un control de alcoholemia. En la sala se encontró con otros dos agentes que tomaban unas copas y, según dijo, su compañero estaba en la habitación con la mujer. Según contó, un poco después la chica salió del cuarto y fue al baño, cuando regresó al dormitorio, él y sus amigos entraron y comenzaron a charlar con la pareja. En un momento dado, los otros dos se fueron, su compañero de vivienda se durmió y él se quedó con la chica que más tarde también dijo que tenía sueño.
Él se quedó dormido en la misma cama. Preguntado por el fiscal por qué no se fue a su propia cama, no dio una respuesta clar. Un rato más tarde, según dijo, la mujer se le insinuó, él intentó despertar a su compañero y cómo éste no dijo nada, tuvo relaciones con la mujer.
El compañero niega este extremo y contradice la versión de su amigo.