El menor fue operado en el hospital de Son Dureta en el año 2003. | Jaume Morey

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La Audiencia Provincial de Palma ha condenado a tres meses de cárcel por imprudencia grave a un cirujano de Son Dureta que, en una operación, actuó sobre dos nervios de un niño de dos años cuando, en realidad tenía que trabajar sobre la vena yugular.

El Tribunal revoca una sentencia absolutoria de un juzgado Penal ya que considera que el facultativo «incurrió en conducta imprudente grave».

En julio de 2003 el menor fue intervenido por petición de un oncólogo para que le instalasen un reservorio en la vena yugular, un paso previo para que le administraran quimioterapia. El médico llegó a lo que él creía que la vena y como no sangró dio por hecho que estaba obstruida. Repitió el proceso otra vez con el mismo resultado al buscar la otra vena yugular, de forma que cortó dos nervios y ligó otra estructura nerviosa. De esta manera, el niño sufrió una parálisis en el brazo. La Audiencia, sin embargo, no condena por este motivo. Sí aprecia en este hecho una imprudencia por parte del médico ya que las pruebas previas a la operación señalan que el niño estaba bien. Sin embargo, legalmente no puede modificar en este caso las conclusiones de la juez que absolvió al doctor.

El hecho que sí supone la condena penal es la falta de diligencia del cirujano durante el pos operatorio. El médico dio el alta al menor y atribuyó su parálisis a una mala postura, en lugar de ordenar nuevas pruebas. El niño tuvo que ser operado en París para recuperar la movilidad del brazo.