La pequeña ingresó en Son Dureta primero y después en Son Espases. | M. À. Cañellas

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Un juez de Palma tendrá que decidir sobre la vida de un bebé de siete meses de edad que está en coma vegetativo e irreversible. La menor está en ese estado desde hace medio año cuando ingresó en Son Dureta con una hemorragia cerebral. Los padres atribuyen el daño a una enfermedad genética que también padece otra de sus hijas. Sin embargo, la lesión era compatible con el conocido como 'síndrome del niño sacudido' y se activó el procedimiento para casos de maltrato infantil. Se abrió una investigación judicial sobre lo ocurrido y los menores pasaron a estar bajo custodia del Consell Insular.


Fiscalía

La semana pasada, la Fiscalía de Menores pidió autorización para proporcionar únicamente medidas de confort y de cuidados básicos a la menor. La medida es una solicitud expresa del Comité de Ética del hospital de Son Espases y, en la práctica supone no aplicar un tratamiento agresivo cuando el bebé vuelva a tener una crisis respiratoria. Esto ha ocurrido cinco veces en los últimos dos meses y ha obligado a intubar a la niña. El comité señala en su petición: «Pensamos que estamos en una situación irreversible en la que tomar medidas agresivas nos está obligando a un ensañamiento terapeútico sobre la niña».
La petición de la Fiscalía de Menores llegó a un juzgado de Primera Instancia que decide sobre la demanda que interpusieron los padres para recuperar la guarda y custodia de la niña. El juez señala que, ahora mismo, «los padres están vedados para tomar decisiones para con la niña, pero es obvio que han de ser oídos antes». En todo caso señalaba que la decisión corresponde al Consell pero le exige que la medida sea antes autorizada por el juzgado que investiga el posible maltrato a la menor.

Vista

En la vista que se celebró en el juzgado, los padres pidieron que se aplace la decisión y desde el ingreso hospitalario de la menor su petición ha sido que «se siga luchando». Sin embargo, la doctora que la trata, explicó en la vista que se encuentra en un estado del que no se podrá recuperar ante los problemas neurológicos que padece que implican que prácticamente no pueda ni respirar. Según la médico, el bebé siente dolor, dado que tiene subidas de tensión y que estas remiten cuando es sedada.

Interrogados

Los padres siempre niegan haber maltratado a la niña ni a ninguna de sus dos hijas. Ambos quedaron en libertad provisional tras ser interrogados cuando la niña fue ingresada con un cuadro compatible con un maltrato. Sin embargo, ahora reclaman que se anule la medida de retirarles la patria potestad. En su escrito, el abogado que les representa, Pablo Alonso de Caso, recoge testimonios como los de la directora de la guardería a la que iba la hija mayor que señala que esta niña «siempre se mostraba muy feliz» al ver a sus padres. Una vecina indica que eran «una familia ejemplar».