Imagen del Centro Penitenciario de Palma donde se produjeron los hechos. | Alejandro Sepúlveda

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La capacidad de introducir sustancias prohibidas en el interior del cuerpo por parte de reclusos del Centro Penitenciario de Palma no tiene límites.

Juan D.S., de 41 años de edad y nacionalidad española, fue sorprendido cuando, tras regresar de un permiso carcelario, mostraba un nerviosismo inusual ante los funcionarios de prisiones. En ese momento, ante las sospechas de que el interno pudiera portar en su cuerpo sustancias prohibidas se optó por dar aviso a la autoridad judicial y al Cuerpo Nacional de Policía.

Acto seguido, los agentes se personaron en el centro y acompañaron al varón hasta un centro hospitalario. Antes de entrar, los policías pudieron ver cómo el preso se extraía del recto dos preservativos. La sorpresa de los agentes que lo custodiaban fue mayúscula cuando vieron salir del interior de los profilácticos la siguiente relación de objetos: Papel de fumar, papel de celofán, 2 barras de hachís, 50 comprimidos de Tranquimazín, 19 comprimidos de otro medicamento, marihuana y dos memorias de USB de 8 MG y 1G, respectivamente.

El recluso está cumpliendo condena en el Centro Penitenciario de Palma y la inclusión de la droga se produjo cuando Juan D.S. regresaba de un permiso penitenciario. Sobre el interno, policialmente pesan un total de 25 detenciones, entre otros delitos por robo con fuerza, falsificación de documentos y tráfico de drogas.

Una vez realizado el pertinente control médico no se le localizó más droga en su interior.

La noticia ha causado gran revuelo en el seno de la cárcel.