El acusado, ayer en la Audiencia Provincial de Palma, durante su declaración ante el Tribunal.

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Una disputa por ocupar una caseta acaba en la Audiencia. Ayer se inició el juicio contra un hombre de 62 años de edad acusado de intentar asesinar a un indigente de origen magrebí al que, según la acusación, prendió fuego en el habitáculo que ambos pretendían utilizar para dormir en Magaluf.

En el juicio, la víctima contó que desde hacía unas semanas cruzaba amenazas y denuncias con el acusado por poder dormir en la caseta, una instalación de Gesa situada junto a la avenida de sa Porrassa. La noche del 29 de octubre de 2006 dice que el acusado entró en el refugio, le dio un fuerte golpe en la cabeza, le roció con un líquido inflamable y le prendió fuego.

La víctima consiguió salir de la caseta y llegar hasta la carretera. Allí fue visto por un equipo de recogida de basuras. Según el conductor del vehículo: «Al acercarnos me di cuenta de que estaba completamente quemado y solo iba en ropa interior». La víctima fue atendida por una ambulancia, cuya responsable señaló que tenía graves quemaduras de segundo y tercer grado en la parte superior del cuerpo y que, de no haber sido atendido, hubiera fallecido.

El acusado, por su parte, niega haber sido el autor de la agresión. Sí acepta que ambos estaban enfrentados por la caseta: «Me quitaba lo que yo tenía allí y no me dejaba dormir dentro, por eso le denuncié. Un día empezó a tirarme piedras y le tiré un tarro de salfumán que tenía yo para los bichos».

Eso sí, asegura que el día que ocurrieron los hechos él se encontraba en distintos bares y cafeterías de Magaluf, iba a trabajar y que desde hacía una semana se quedaba a dormir en la playa. Sobre las declaraciones de los policías que le detuvieron, según los que intentó ocultarse cuando le fueron a detener, lo niega. También tiene una explicación para la quemadura de más de dos centímetros que llevaba en el pantalón: «En esa época tenía apnea del sueño y, constantemente se me caían cigarrillos encima». Eso sí, el pantalón no fue analizado porque lo tiró a la basura en la cárcel.

La Fiscalía pide una condena de tres años de prisión por un delito de incendio y de 14 años por una tentativa de asesinato. Además pide que se indemnice con 50.000 euros al agredido. El juicio se había tenido que suspender en dos ocasiones por la ausencia de la víctima.