Tomás Arroyo, alias 'El Brujo', ha sido condenado a más de cien años de prisión.

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Demasiados testimonios «coincidentes y complementarios entre sí», informes psicológicos que se mostraron «tajantes al afirmar que la sintomatología patológica [en las víctimas] no podría presentarse, como lo hizo de no haber ocurrido realmente los hechos, y ninguna prueba de descargo definitiva que pudiera hacer llevar al tribunal la idea de que las 13 denunciantes que acusaron en su día a Tomás Arroyo Rodríguez, 'El Brujo', por abusos sexuales estuvieran fabulando.
Éstas son las bases de los 127 folios de la sentencia de la Audiencia Provincial por la que se imponen 103 años y medio de prisión, de los 138 pedidos por el fiscal, para el mentalista deportivo que aprovechándose de su influjo sobre un grupo de jóvenes de Eivissa y Valencia abusó sexualmente de ellas entre 1995 y 2006, periodo en el que algunas de las afectadas aún eran menores.
Además les pedía que se acostaran con las personas que él designaba, hecho por el que se vieron implicados en el caso varios futbolistas de elite, como ocurrió con el ex internacional Santiago Cañizares.
Éstas tenían entonces entre 11 y 17 años. Pese a lo abultado de la condena, sólo podrá pasar 20 años en la cárcel de acuerdo con los principios jurídicos que rigen el ordenamiento español.
El tribunal condena a Arroyo Rodríguez por 15 delitos de abusos sexuales con penetración y prevalimiento, once de ellos continuados. Además establece una indemnización total de 304.020 euros para las perjudicadas y fija en 26 años el tiempo real en el que el mentalista no podrá contactar ni acercarse a menos de cien metros de dónde estén cualquiera de ellas. De hecho, Arroyo provocó en las chicas una «confusión profunda y un temor reverencial».
La Audiencia, sin embargo, ha contemplado como atenuante la circunstancia indebida del proceso ya que 'El Brujo' ha estado privado de libertad durante casi cuatro años sin haber podido sentarse en el banquillo. La ponente de la sentencia, la juez Mónica de la Serna, considera «demoledoras» las declaraciones de las víctimas y aplica como agravante en su fallo la edad, y la situación de prevalimiento del condenado, un manchego de 55 años afincado en Valencia. La sentencia recoge como probado que 'El Brujo' imponía a las jóvenes que 'trataba' un «código de silencio» y las amenazaba, tras entregarles talismanes, con que padecería graves males tantos ellas como sus familias si no se atenían estrictamente a seguir sus instrucciones. Asimismo, les conminaba a tener relaciones sexuales con él porque era «la manera de pasarles sus poderes y sus energías». «La estructura y sucesión de los acontecimientos narrados por cada perjudicada son absolutamente coincidentes en su esencia y las cualidades son tan abundantes que, en definitiva, dejan de ser tales para otorgar a sus testimonios la credibilidad y verosimilitud necesaria», dice la sentencia.

Condena de cuatro años para su 'mano derecha'
Alberto Cañamares de la Calle, el hombre al que se atribuyó ser la 'mano derecha de 'El Brujo' y al que se acusó de aprovecharse del influjo de éste para tener relaciones con algunas de las afectadas, por su parte, es condenado a cuatro años de prisión. Cañamares, que en principio se jugaba 34 años de cárcel, ha sido considerado culpable de tan sólo uno de los delitos de abuso sexual de los que se le imputaba. El tribunal, que entiende que en este caso actuó también con prevalimiento, le aplica la atenuante de dilación indebida en el proceso. Durante el juicio se explicó que Alberto Cañamares conoció a 'El Brujo' tras ser víctima de un grave accidente náutico. Para entonces Arroyo frecuentaba un gimnasio de Cas Serres donde el acusado ejercía como fisioterapeuta, especialidad que también le dio acceso al Real Madrid, abriendo también las puertas a Tomás Arroyo.
'El Brujo' dijo recibir sólo «gratificaciones» de futbolistas a los que ayudaba. Primero ocurrió en clubes de Levante, luego vinieron los de Eivissa y casos puntuales con jugadores de Primera División, como 'Guti' o 'Nico Olivera'.