los agentes inspeccionan el vehículo del sospechoso, que fue trasladado a las dependencias policiales ( | Vasil Vasilev

TW
11

A las dos y media de la madrugada de ayer, los servicios de emergencia recibieron una llamada procedente de un prostíbulo de Palma, ubicado en la zona de Pere Garau, solicitando presencia policial ya que se estaba produciendo un atraco por parte de un individuo armado.

Una quincena de agentes, entre motoristas y coches patrulla de la Policía Local y del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) se personaron en el prostíbulo, una planta baja en la calle Arquebisbe Aspàreg.

Los agentes encontraron la puerta de la vivienda semiabierta, vieron al atracador dentro al asomarse y le pidieron que saliese. Al parecer, este individuo, de unos 34 años, llegó al domicilio, tocó el timbre y cuando una de las chicas le abrió la amenazó con un cuchillo y se coló en el interior. Una vez dentro amenazó a varias de las chicas con la pistola y se apoderó de una cartera.

Cuando el atracador salió al exterior se encontró con los agentes frente a la vivienda. El varón, de nacionalidad española, portaba la pistola en una mano y el cuchillo en la otra. Llevaba una gorra, gafas de sol y una braga con la que se cubría la cara.

Los policías le pidieron que tirase la pistola al suelo, que en esos momentos se desconocía si era real o simulada. El hombre no hacía caso a los agentes y seguía con la pistola en su mano, apuntando hacia el suelo, pero en un ángulo de unos 45 grados. En esos momentos hubo mucha tensión y algunos de los agentes llegaron a quitar el seguro de sus armas reglamentarias ante la posibilidad de tener que utilizarlas porque desconocían qué reacción podría tener el sospechoso.

Finalmente el atracador soltó la pistola y el cuchillo. Varios agentes se abalanzaron sobre él y lo redujeron. El arma era una pistola de balines muy parecida a una real. De hecho, uno de los agentes indicó que si se manipulara podría utilizarse perfectamente como pistola.

Los agentes se entrevistaron con las chicas y posibles testigos. En la vivienda había una decena de mujeres. Dos de ellas presentaron una denuncia y dijeron que el atracador llegó a apuntarlas en la cabeza cuando les exigía el dinero.
El sospechoso fue trasladado después a las dependencias del CNP, donde quedó detenido. En las inmediaciones del prostíbulo se encontró su coche aparcado, el cual fue inspeccionado.

Después, la situación se fue calmando. La anécdota de la noche la protagonizó un señor que se dirigía al prostíbulo. Al ver a tantos agentes frente a la planta baja no se escandalizó y pidió si estaba abierto y podía entrar.