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La Policía Local de Calvià no da tregua a las prostitución africana y ha conseguido que más de la mitad de las mujeres que ejercían en la zona hayan decidido abandonar y marcharse. Cada noche y, ante la avalancha de quejas de los ciudadanos, comerciantes y residentes, el regidor de de Seguretat Ciutadana, Bartolomé Bonafé, ordenó a sus agentes intensificar los controles y la vigilancia sobre las prostitutas y sus proxenetas. Fruto del acoso policial, los resultados no se han hecho esperar y de las más de 50 mujeres que tenían identificadas a principio del mes de agosto la Policía Local de Calvià, a fecha de ayer, ya sólo había 15. Gran parte del éxito policial viene dado por la incorporación de una Unidad Motorizada (motos todoterreno y quad) dedicadas específicamente a la erradicación de la prostitución. Con dichos vehículos, las mujeres no pueden escapar y rápidamente son identificadas y detenidas.

Las prostitutas para evitar el cerco policial cuando ven a los agentes se esconden debajo de los coches, en el interior de los contenedores o, incluso, se introducen en los hoteles.