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Los familiares de las 154 víctimas mortales del vuelo JK5022 de Spanair, que se estrelló hace ayer dos años en Barajas, recordaron a éstas entre quejas por el abandono que dicen sufrir por parte de las instituciones y críticas a la actuación de la Fiscalía en la investigación judicial.

«Tras el desfile de autoridades, una semana después estábamos solos; se nos metió el frío en el alma pero, a pesar de ello, seguimos peleando», manifestó la presidenta de la Asociación de Afectados, Pilar Vera, mientras uno de sus compañeros llamó «figurante» al fiscal del caso, porque en el último año sólo ha presentado un escrito al juez que investiga el siniestro.

Los afectados, que también criticaron la actuación del Ministerio de Justicia, y aprovecharon para denunciar la falta de medios, especialmente técnicos, del Juzgado que instruye la causa, en la que hay más de 70 partes personadas, lo que está ralentizando el proceso y demorando la práctica de pruebas periciales.

Los reproches se dirigieron asimismo a las Administraciones por la falta de ayudas públicas para víctimas de la aviación comercial y porque no haya un órgano central que coordine el seguimiento a los afectados.

Las víctimas expresaron también su reconocimiento a la actuación del ministro de Fomento, José Blanco, «frente a la actitud de su antecesora en el cargo», Magdalena Àlvarez, así como al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y al Cabildo Insular de Gran Canaria.

Sobre la marcha de las investigaciones, los afectados se mostraron convencidos de que «el accidente ni empezó ni terminó con un error de los pilotos».

«Son fallos humanos, dentro y fuera del avión, antes, durante y después de la tragedia», sostuvo Vera, mientras que Luis Rey, otro de los integrantes de la junta, que perdió a cuatro familiares en el siniestro,manifestó emocionado que exigen Justicia, «no indemnizaciones».

Al término de la rueda de prensa en la que han comparecieron, los familiares de las víctimas del vuelo JK5022 subieron a un autobús que les condujo al lugar exacto en el que se produjo el siniestro, donde se celebró el más emotivo de los actos de homenaje programados.

Allí, el silencio y el llanto sin consuelo de las familias, acompañados por la música de dos guitarras, sirvieron de homenaje y de recuerdo a quienes perdieron la vida en la tragedia.