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Alejandro de Abarca, capturado este lunes por la Guardia Civil y principal sospechoso del secuestro y asesinato de la joven rumana Ana Niculai, de 25 años, el pasado lunes 19, ha asegurado en su declaración ante la Guardia Civil que es inocente y que no mató a la víctima, según informaron fuentes del Instituto Armado. Fuentes policiales señalaron que el sospechoso pasará mañana, entre las 9 y las 10.00 horas, a disposición del juzgado de instrucción número 1 de Inca.

Detenido

«Yo no soy la persona a la que están buscando, yo he venido de Catalunya y estoy haciendo excursionismo». Alejandro de Abarca lo intentó, pero su físico le delató. La Guardia Civil detuvo ayer por la mañana en Selva al presunto asesino de la joven rumana Ana Niculai cuando caminaba por el torrente de Massanella, en la zona conocida como Can Frontera. El fugitivo intentó huir corriendo y dijo a los agentes que lo interceptaron que no era la persona que estaban buscando, pero no había dudas de que se trataba del presunto asesino, que acabó en los calabozos de la Comandancia de Palma.

Alejandro había convertido el torrente de Massanella y sus alrededores en su escondite. El torrente tiene 24 kilómetros de recorrido y va desde Escorca hasta s'Albufera. Lo conocía bien porque había trabajado de forestal haciendo limpieza del terreno, dentro de los cursos de formación de la cárcel. Allí se ha movido con agilidad y seguridad estos últimos días y también ha encontrado alimentos y agua en las fincas vecinas. Además, el presunto asesino conocía todos los caminos y casas abandonadas de s'Albufera porque se crió allí. Desde la investigación se apuntó que «de ahí que lo hubiesen visto en Muro y Lluc con pocas horas de diferencia, por carretera hay bastante distancia, pero por dentro del torrente en línea recta no hay tanto de un sitio a otro y se puede ir más o menos rápido».

Avisos

A última hora de la tarde del domingo, la Guardia Civil recibió varios avisos de vecinos de Búger, informando de la presencia de Alejandro de Abarca dentro del torrente, a su paso por esta localidad. Incluso a una de las personas que lo vio, el delincuente le amenazó y le dijo que no llamara a nadie.

La Guardia Civil movilizó veinte patrullas que envió a Búger y a las zonas limítrofes. Durante toda la noche los agentes estuvieron siguiendo la pista del sospechoso. Ayer por la mañana, a primera hora, un hombre que acudía a trabajar a una finca de Selva lo vio en el torrente y dio su descripción: Bajito, camiseta roja, pantalón negro y tatuaje tribal en un brazo.

Así, se intensificó el cerco al presunto asesino en Selva y, a las siete y media de la mañana, una patrulla lo vio dentro del cauce, en la zona conocida como Can Frontera, a poca distancia de la depuradora.

Alejandro trató de huir corriendo, pero los dos agentes lo interceptaron. El presunto asesino portaba un saco de dormir, una especie de manta y una bolsa con algunos efectos. Segundos después empezaron a aparecer más patrullas de la Guardia Civil. Alejandro, ya en un último intento de escapar, dijo que él no era la persona que buscaban, sino un turista de Catalunya que estaba haciendo excursionismo.

El sospechoso, en un primer momento fue trasladado al cuartel de la Guardia Civil de Inca, pero al poco rato fue conducido hasta la Comandancia de Palma, para ser interrogado por los investigadores en relación con el presunto crimen de Ana Niculai.

La joven rumana fue atacada en Palma, el lunes de la semana pasada, cuando se dirigía en el coche de su novio a trabajar por la mañana. Por la noche apareció el vehículo incendiado en el Camí de s'Amarador de Muro, a poca distancia del lugar donde vivía el detenido. Poco después se tuvo constancia de que Alejandro, que disfrutaba de un permiso carcelario, era el presunto asesino. Tras su arresto, una semana después, la angustiosa búsqueda ha finalizado.