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Una joven británica de 20 años se encuentra al borde de la muerte tras caer desde un séptimo piso por un hueco interior de unos apartamentos de Punta Ballena (Magaluf). La Guardia Civil ha detenido a su amigo, de 18 años, por denegación de auxilio, ya que la ayudó a subir por una ventana y después de la caída se fue a dormir a su habitación.

De acuerdo con la reconstrucción de los hechos realizada por la Policía Local de Calvià y la Benemérita, la pareja llevó a los apartamentos Torrenova sobre las cinco y media de la madrugada. El turista británico se alojaba en aquel establecimiento, pero su amiga no. Las normas del hotel prohíben entrar a amistades, por lo que el joven ayudó a la chica a trepar por una ventana, pensando supuestamente que era otro acceso al interior de los apartamentos. Sin embargo, en realidad se trataba de un hueco interior del edificio y la muchacha se precipitó desde una altura de siete pisos.

La gran incógnita policial es aclarar por qué el compatriota no la ayudó y se fue a dormir a su habitación, como si no hubiera ocurrido nada. Los equipos de emergencia fueron alertados del accidente y los sanitarios estabilizaron las constantes vitales de la joven, que estaba muy grave tras una caída desde tantos metros de altura.

Paralelamente, los agentes se desplazaron a la habitación del sospechoso y lo encontraron durmiendo. El joven fue detenido por un delito de denegación de auxilio y será puesto a disposición judicial en las próximas horas.

Durante más de media hora los médicos atendieron a la víctima in situ, en el hueco interior de los apartamentos Torrenova, a la turista inglesa y después, ya inmovilizada en una camilla, la evacuaron hasta Son Dureta.

Después, los agentes de la Policía Local de Calvià y sus compañeros de la Guardia Civil del cuartel de Palmanova llevaron a cabo una inspección ocular para descartar que no hubiera sido algo más grave que un accidente. Los funcionarios tomaron medidas del tamaño y la altura de la ventana y tomaron declaración a los empleados de guardias y a algunos británicos amigos de la pareja. Nada más tener noticias de lo ocurrido, nuestro fotógrafo Michels se desplazó a Torrenova y cuando intentaba tomar fotografías un guardia civil le indicó de muy malas formas que no podía hacerlo, a pesar de que él estaba en la calle. Michels le contestó en mallorquín y el agente se puso más nervioso. Después le exigió el DNI y le amenazó con detenerle. También intentó ver sus imágenes digitales para borrarlas.

Lamentablemente, estas conductas más propias del franquismo se repiten últimamente entre guardias civiles de Palmanova, sin que la Comandancia palmesana ni delegación del Gobierno tomen las medidas necesarias.