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Un acusado de abusar sexualmente de la hija de su ex compañera sentimental negó ayer los hechos que se le imputan, durante el juicio que se celebró en su contra en la Audiencia Provincial de Palma. El fiscal solicita una pena de 12 años de prisión para el procesado, Diego G.F., de 42 años de edad, mientras que su abogada defensora pide que sea absuelto. La víctima, que ahora tiene 16 años, declaró a puerta cerrada, y sostuvo que el ex novio de su madre abusó sexualmente de ella cuando tenía 12 años, tal y como había manifestado en declaraciones anteriores. Los presuntos abusos habrían ocurrido durante el verano de 2005, una vez que el acusado y la madre de la víctima habían finalizado la relación.
Abusos
Según el fiscal, el acusado se vio con la menor en distintas ocasiones durante el verano y la acariciaba y besaba. También, en la madrugada de un día del mes de septiembre, pidió a la menor que le abriera la puerta de su domicilio sin hacer ruido a través de un mensaje de móvil. Una vez en la vivienda condujo a la menor a su dormitorio, donde la desnudó, la besó en la boca, pechos y genitales, se tumbó encima de ella y la penetró. Por ello pide un total de 12 años de cárcel: Tres por los abusos y nueve por la penetración.
El acusado, tras romper la relación con la madre de la menor, fue a vivir a casa de su madre. Durante el juicio admitió que la víctima fue a verle «un par de veces» con una amiga, pero para ver a sus hijos, y en todo momento negó haber abusado de la menor.
Para solicitar una sentencia condenatoria en contra del acusado, el fiscal centró sus argumentos en la inexistencia de contradicciones de la víctima, a lo largo de todas las declaraciones, «en el hecho nuclear, que es la penetración vaginal» que le realizó el acusado, y «que le pueden suponer nueve años de prisión».
Durante el juicio también salió a relucir una denuncia que habría presentado la menor contra un hermanastro anteriormente por presuntos abusos, aunque no se indicó cómo había acabado este asunto.
Una psicóloga que exploró a la menor en 2007 realizó un informe en el que indicaba que el relato de los hechos enjuiciados ayer era probablemente creíble, pero afirmó que no había detectado secuelas.
La abogada defensora pidió la absolución del procesado, argumentando, entre otras cuestiones, que la menor sí que ha incurrido en contradicciones y en el hecho de que no tuviera ningún tipo de secuelas cuando fue explorada si había sido víctima de abusos en dos ocasiones.