TW
0

«Suicidio depresivo, ejecutado poco a poco. Era consciente y lo tenía perfectamente planificado, aunque aparentaba normalidad para que nadie se diera cuenta». La investigación privada sobre la muerte de Miquel Dalmau ha concluido que se trató de una muerte «premeditada y voluntaria» y ha descartado, a lo largo de un informe exhaustivo de 300 folios, que hubiera mano criminal.
Los hijos de Miquel Dalmau, a través de su abogado Eduardo Valdivia, contrataron los servicios del detective Carlos Valencia nada más desaparecer el ex dueño de la Policlínica Miramar, el pasado 28 de abril.
Dos días después el Volkswagen Touareg de Dalmau apareció despeñado en los acantilados del Cap Blanc, en Llucmajor, con el cadáver del médico en el interior. La investigación independiente, paralela a la del Cuerpo Nacional de Policía y a la de la Guardia Civil, se centró en reconstruir los últimos días del ex propietario del RCD Mallorca. Carlos Valencia y su equipo tomaron declaración a decenas de personas, del círculo íntimo del fallecido, y analizaron las últimas llamadas telefónicas. Se contactó con especialistas en psiquiatría y otros profesionales, que dibujaron un perfil del presunto suicida.
La medicación que tomaba Dalmau -Zolpiden- no le pudo provocar ni sobredosis ni tendencias suicidas, según consta en el informe al que ha tenido acceso Ultima Hora. Los pleitos económicos del doctor, con sus antiguos socios de la Policlínica, fueron otro de los puntos investigados. Las dos denuncias que hace algunos años interpuso Dalmau -cuando degollaron a su perro en Palma y causaron destrozos en su finca de Pollença- fueron también objeto de una pormenorizada investigación, por si guardaban relación con su muerte.
El objetivo final, para tranquilidad de la familia, era descartar que hubiera mano criminal y, por otra parte, facilitar toda la información acumulada a la policía.
Conclusiones
Cuarenta días después, la conclusión es que Dalmau llevaba un tiempo planificando su propia muerte, aunque lo hizo de tal manera que ni su familia ni sus más allegados llegaron a sospechar nunca de sus intenciones.
Valencia, además, llevó a cabo dos inspecciones oculares en las viviendas del empresario, con el consentimiento de la familia, y estuvo presente en el levantamiento del cadáver, el 30 de abril. Los 300 folios del informe final ya han sido entregados a los hijos de Dalmau.