El coche quedó requisado por la Policía Nacional. | Julio Bastida

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«Por el amor de Dios: fue un accidente. Es una barbaridad pensar que fuimos a por ese chico a propósito, para atropellarlo». Uno de los ocupantes del Jaguar que arrolló al joven del Paseo Marítimo relató ayer a Ultima Hora su versión de los hechos.

«Lo primero que quiero dejar claro, sobre todo en nombre de la familia de Francisco, es que rezamos para que el herido que está en el hospital se recupere y salga cuanto antes de ésta. Nadie quería que esto acabara como ha acabado», sostuvo el acompañante del detenido, que quiso mantener su identidad en el anonimato por temor a represalias.

Noche de copas

«Esa noche habíamos estado tomando unas copas Francisco, yo y una tercera persona. A las seis de la mañana, cuando cerraban la discoteca, salimos a la calle y nos subimos al Jaguar, que es de la madre de Francisco. Fue entonces cuando escuchamos un golpe en el coche y vimos a un joven que daba un manotazo al morro. El conductor le preguntó qué estaba haciendo y el desconocido nos lanzó una patada, que dio en la parte de atrás», contó.

El testigo presencial de los hechos añadió que arrancaron el turismo de gran cilindrada, en dirección a la Catedral, y en el primer desvío que pudieron dieron la vuelta y se bajaron: «Queríamos saber qué daños tenía el coche, porque no era de Francisco. Vimos que eran daños considerables y volvimos a la discoteca, para hablar con ese chaval que había provocado los daños. No queríamos venganza, sólo saber por qué lo había hecho».

Según este relato, cuando el Jaguar regresó al lugar del primer incidente los ocupantes «nos vimos rodeados por una veintena de jóvenes, que estaban muy nerviosos y que empezaron a golpear las puertas y los cristales. No sabíamos qué hacer y Kiko, cuando temió por su integridad y por la nuestra, aceleró y trató de huir. No sabíamos que llevábamos a un joven bajo la rueda».

Distintos jóvenes

El ocupante del Jaguar insistió en que el atropellado y el joven que golpeó por dos veces el coche, junto a la discoteca, no eran la misma persona: «Si hubiésemos ido a por él el atropellado sería el que nos golpeó el coche, no otro joven».
El testigo presencial reconoce que se alejaron con el Jaguar «pero no para huir por el atropello, porque no sabíamos que estaba entre las ruedas.

De repente la dirección del coche se nos fue, dimos bandazos, y caí en que había algo en los bajos. Le grité a Kiko que parara y nos quedamos destrozados: habíamos arrastrado sin saberlo a ese joven, que estaba inconsciente».