El 'macrojuicio' sentó en el banquillo a un total de 33 acusados. | Alejandro Sepúlveda

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El macrojuicio por el desembarco de tres toneladas de hachís en el Port d'Vallemossa comenzó ayer, tras dos suspensiones y empezó con silencio. Los cinco primeros acusados llamados a declarar, entre ellos los dos supuestos cabecillas del desembarco, se negaron a contestar a ninguna pregunta.
Otros dos de los acusados, también incluidos por la fiscalía en el grupo de ciudadanos magrebíes que realizaron el desembarco, explicaron su presencia en Valldemossa en la madrugada del 24 de abril de 2008 por motivos románticos. Uno de ellos, afirmó que fue a «despejarse un poco», dado que tenía un problema sentimental. «Conozco Valldemossa muy bien y siempre acudo allí», señaló a preguntas de su abogado, dado que también rechazó contestar a la acusación.
El otro explicó que iba con su novia, que tenía un negocio y una casa en la localidad. «Fuimos a cenar y sobre la una nos acercamos a su casa. Cuando terminamos de hacer el amor, recogimos el coche de ella y nos fuimos a Palma». Ambos fueron sorprendidos en el cruce de s'Esgleieta. El acusado iba en su coche y su pareja, en su propio vehículo, detrás. Preguntados por qué no fueron en el mismo automóvil, el procesado explicó que su novia quería mantener su relación en secreto, y que por eso no fue a buscarla en el hotel en el que trabajaba. También aseguró que su novia huyó de la policía porque se asustaron al ver a personas armadas por la noche: «pensé que eran unos mafiosos y que querían matarme», afirmó.
Concentración
El acusado también explicó por qué llevaba más de 11.000 euros encima cuando fue arrestado. Según él, había cobrado esa misma tarde un trabajo realizado en Capdepera y su defensa aportó el justificante bancario de la operación. Eso sí, negó que hubiera salido del cruce del Port de Valldemossa, tal y como afirma la Guardia Civil. Un tercer procesado también negó su participación en el desembarco. y afirmó que fue sorprendido después de ir a recoger a un amigo que le había llamado por teléfono y que tenía que dormir en su casa en Muro. El fiscal antidroga, Adrian Salazar, ante el cúmulo de explicaciones, llegó a exclamar en la vista: «Es casualidad que estuvieran en Valldemossa, ¿no había ninguna concentración de ustedes?».
Antes del inicio de los interrogatorios, la mayor parte de las defensas pidieron que se anulen las escuchas telefónicas realizadas a los miembros de la trama. De acuerdo con el letrado Fernando Mateas, no están debidamente fundamentadas, por lo que solicitó que se excluyan del sumario. Otra cuestión previa, que como la anterior tendrá que resolver la Sala en la sentencia, fue la petición de las defensas de anular la acusación contra varios de los procesados porque no se ha explicado de forma suficiente su participación en la trama. En este caso, el abogado Jaime Campaner, señaló que la fiscalía ha realizado un gran grupo con los acusados que supuestamente intervinieron en el desembarco sin aclarar la participación de cada uno.
A lo largo de los próximos días declarará el resto de acusados, entre ellos los autores de la tentativa de robo de la droga y el dueño de la finca en la que se realizó el desembarco y dos compañeros suyos que supuestamente facilitaron la operación.