El viernes, cuando se cumplía un año del crimen de Gabriel Marquet, la familia del cocinero mallorquín le rindió un emotivo homenaje en el cementerio de Alcúdia. | Alejandro Sepúlveda

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«Por mucho que digan que el tiempo cura todas las heridas, un año después sentimos el mismo dolor por la muerte de Gaby». La familia de Gabriel Marquet Malavé ha rendido un emotivo homenaje en el cementerio de Alcúdia al cocinero mallorquín asesinado hace ahora doce meses, tras una agresión sin motivo aparente.
Gabriel Marquet Capó, de 78 años, su esposa Carmen Malavé, de 68, Pedro Malavé, el primo del fallecido, y otros parientes se desplazaron el viernes hasta el campo santo, con coronas y flores, y recordaron al jefe de cocina en el aniversario de su crimen. «Es una herida que no se curará nunca», era la frase más repetida por los padres.
Sus primos explicaron que el joven mallorquín, que habría cumplido 33 años, «nunca se metía en problemas con nadie, y mucho menos en peleas, por lo que es una crueldad pensar en cómo ha muerto». El pasado 8 de abril Gabriel y un grupo de amigos salieron a cenar por Alcúdia. Después decidieron trasladarse a la zona de Mágic, a tomar unas copas, y sobre las cinco de la madrugada el grupo se dirigió a sus respectivos vehículos, para regresar a casa. De camino, sin embargo, se cruzaron con una pandilla y uno de ellos le espetó a Gaby: «¿Y tú que estás mirando?».
Luego, a pesar de que el jefe de cocina del hotel Reina del Port d'Alcúdia intentó calmar los ánimos, uno de los agresores tomó impulsó durante unos seis metros, corrió hacia él y le propinó un tremendo puñetazo a traición, que le impactó en el ojo izquierdo y propulsó a Gaby contra el pavimento.
Muy grave
El joven quedó malherido y una ambulancia lo evacuó hasta el hospital de Inca, donde en un principio no se evaluó como crítica la situación del mallorquín. El tiempo corría en su contra y horas después empeoró de forma progresiva y cuando ingresó en el hospital de Son Dureta se encontraba en estado de coma, del que ya nunca despertó. El 23 de abril falleció.
«Esa pandilla era muy mala gente, iban a hacer daño a alguien y le tocó a nuestro hijo. Fue algo totalmente gratuito, sin provocación por su parte», sostienen los padres.
De hecho, la familia critica duramente que hasta la fecha sólo haya ingresado en la prisión el autor material del golpe fatal: «El resto está en la calle, en libertad con cargos, esperando al juicio. Pero al fin y al cabo libres. Gaby, en cambio, está bajo tierra, en el cementerio de Alcúdia. Es una injusticia».
El caso de Gabriel Marquet provocó una honda consternación en Alcúdia, donde los vecinos se manifestaron en solidaridad con él y con un turista inglés fallecido el día antes, en circunstancias muy parecidas.