De la investigación del robo se hizo cargo la Unidad de Inspecciones Oculares de la Policía Científica del Cuerpo Nacional de Policía. | Julio Bastida

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Eran las 05.33 horas de la madrugada de ayer cuando un vecino de la plaza Orson Welles, en la barriada de Son Gotleu, alertó a la policía que el bar Salim estaba siendo asaltado.
Rápidamente se personaron en el lugar de los hechos varias dotaciones del Cuerpo Nacional de Policía y los propietarios del local. A su llegada, Driss, dueño del establecimiento, relataba los hechos. «Han intentado forzar las dos barreras, pero finalmente, tras romper las cerraduras accedieron por la puerta metálica principal», relata visiblemente afectado. «Han entrado, destrozado las máquinas tragaperras, la caja registradora, cajones, mesas, estanterías y hasta las cámaras frigoríficas. Se lo han llevado todo. El bar está hecho un desastre. Además, hace unos meses ya intentaron entrar a robar, pero en aquella ocasión no lo consiguieron», concluye el propietario.
Según las primeras hipótesis de la investigación, todo apunta que varios testigos pudieron identificar a los presuntos autores del robo con fuerza y que se trataría de dos hombres, ambos vecinos de la barriada. Tras tomarles declaración, los agentes responsables de la investigación iniciaron la búsqueda de los sospechosos.
Por otra parte, minutos más tarde de producirse el suceso, llegaron a la escena del crimen la Unidad de Inspecciones Oculares de la Policía Científica del Cuerpo Nacional de Policía.
El robo perpetrado en el bar Salim de Son Gotleu nos ha permitido conocer 'in situ' el procedimiento de los agentes del 'CSI' mallorquín.
09.21 horas. Dos agentes de la unidad llegan al establecimiento. Lo hacen a bordo de un vehículo policial, aunque ambos policías visten de paisano. Son amables, educados y sumamente respetuosos. Tras entablar una pequeña conversación con el propietario del establecimiento y manifestarles su pesar por lo sucedido, los profesionales inician su trabajo. Uno de los policías abre un maletín metálico. Tras colocarse los guantes con sumo detenimiento y cautela con la finalidad de no destruir o alterar ninguna hipotética prueba.
Trabajan sin luz. Esparcen, con ayuda de un pincel, una sustancia química sobre la máquina tragaperras forzada y por todas aquellas zonas revueltas por los presuntos delincuentes. Están buscando huellas. Las han encontrado. En esta ocasión han tenido suerte y los ladrones se lo pusieron relativamente fácil. Son grandes profesionales y saben dónde buscar. Mientras uno de los agentes se dedicaba a la extracción de las huellas de los cajones del bar, el otro las extraía del cajón de las monedas de la máquina que resultó destrozada.
Los responsables de la unidad son los encargados de realizar con posterioridad el correspondiente informe pericial que después se remite a la autoridad judicial. De ellos depende en buena parte la obtención de pruebas. Además, entre sus cometidos están las tomas de muestras de ADN, reseña de detenidos, huellas dactilares, balística (armas de fuego), análisis y registro de sonidos, inspección de incendios etc...
No son el inspector Grisson de CSI Las Vegas, pero el trabajo que realizan en la Isla es de película. Los ladrones del bar Simal tienen los días en libertad contados.